El vestuario Sacerdotal

 

 

Éxodo 39

1 Los vestidos de los sacerdotes. 2 El efod. 8 El pectoral. 22 El manto del efod. 27 Las túnicas, la mitra y el cinto. 30 La lámina de la diadema santa. 32 Moisés aprueba la obra.

 

1 DEL azul, púrpura y carmesí hicieron las vestiduras del ministerio para ministrar en el santuario, y asimismo hicieron las vestiduras sagradas para Aarón, como Jehová lo había mandado a Moisés.

2 Hizo también el efod de oro, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido.

3 Y batieron láminas de oro, y cortaron hilos para tejerlos entre el azul, la púrpura, el carmesí y el lino, con labor primorosa.

Las vestiduras del sumo sacerdote eran de costosa tela de bellísima hechura, como convenía a su elevada jerarquía.  Además del traje de lino del sacerdote común, llevaba una túnica azul, también tejida de una sola pieza.  El borde del manto estaba adornado con campanas de oro y granadas de color azul, púrpura y escarlata.  Sobre esto llevaba el efod, vestidura más corta, de oro, azul, púrpura, escarlata y blanco, rodeada por una faja de los mismos colores, hermosamente elaborada.  El efod no tenía mangas, y en sus hombreras bordadas con oro, tenía engarzadas dos piedras de ónix, que llevaban los nombres de las doce tribus de Israel.

Hizo también el manto del efod de obra de tejedor, todo de azul,

 

23 con su abertura en medio de él, como el cuello de un coselete, con un borde alrededor de la abertura, para que no se rompiese.

 

Dentro del ribete había doce piedras engarzadas en oro, dispuestas en hileras de cuatro que, como las de los hombros, tenían grabados los nombres de las tribus.  Las instrucciones del Señor fueron: "Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando entrare en el santuario, por memorial delante de Jehová continuamente" (Exo. 28: 29).  Así también Cristo, el gran Sumo Sacerdote, al ofrecer su sangre ante el Padre en favor de los pecadores, lleva sobre el corazón el nombre de toda alma arrepentida y creyente.

 

24 E hicieron en las orillas del manto granadas  de azul, púrpura, carmesí y lino torcido.

 

28 Asimismo la mitra de lino fino, y los adornos de las tiaras de lino fino, y los calzoncillos de lino, de lino torcido.29 También el cinto de lino torcido, de azul, púrpura y carmesí, de obra de recamador, como Jehová lo mandó a Moisés.

 

30 Hicieron asimismo la lámina de la diadema santa de oro puro, y escribieron en ella como grabado de sello: SANTIDAD A JEHOVA.

La mitra del sumo sacerdote consistía en un turbante de lino blanco, que tenía una plaquita de oro sostenida por una cinta azul, con la inscripción: "Santidad a Jehová".

 

El esplendor incomparable del tabernáculo terrenal reflejaba a la vista humana la gloria de aquel templo celestial donde Cristo nuestro precursor ministra por nosotros ante el trono de Dios. La morada del Rey de reyes, donde miles y miles ministran delante de él, y millones de millones están en su presencia (Daniel 7:10); ese templo, lleno de la gloria del trono eterno, donde los serafines, sus flamantes guardianes, cubren sus rostros en adoración, no podía encontrar en la más grandiosa construcción que jamás edificaran manos humanas, más que un pálido reflejo de su inmensidad y de su gloria. Con todo, el santuario terrenal y sus servicios revelaban importantes verdades relativas al santuario celestial y a la gran obra que se llevaba allí a cabo para la redención del hombre.

 

La obra mediadora de Cristo en favor del hombre se presenta en esta hermosa profecía de Zacarías relativa a Aquel "cuyo nombre es El Vástago." El profeta dice: "Sí, edificará el Templo de Jehová, y llevará sobre sí la gloria; y se sentará y reinará sobre su trono, siendo Sacerdote sobre su trono; y el consejo de la paz estará entre ellos." (Zacarías 6: 12, 13, V.M.)

 

"Sí, edificará el Templo de Jehová." Por su sacrificio y su mediación, Cristo es el fundamento y el edificador de la iglesia de Dios. El apóstol Pablo le señala como "la piedra principal del ángulo: en la cual todo el edificio, bien trabado consigo mismo, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien -dice- vosotros también sois edificados juntamente, para ser morada de Dios, en virtud del Espíritu." (Efesios 2: 20-22, V.M.)

 

Dios te bendiga!

 

*libro Seguridad y paz en el conflicto de los siglos, capitulo 24 el templo de Dios. 

 

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