LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE .

12.11.2015 12:29

 

 

 

LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE Y LA JUSTICIA DE CRISTO En los escritos de la Señora Elena G. de White LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE USADO EN SENTIDO GENERAL, HISTÓRICO.

 

Con gran claridad y poder el apóstol presentó la doctrina de la justificación por la fe en Cristo.

 

Esperaba que otras iglesias también fueran ayudadas por la instrucción enviada a los cristianos en Roma… A través de todos los siglos, la gran verdad de la justificación por la fe ha subsistido como un poderoso faro para guiarnos arrepentidos al camino de la vida. Fue esta luz la que disipó las tinieblas que envolvían la mente de Lutero, y le reveló el poder de la sangre de Cristo.

 

El Conflicto de los Siglos, Pág. 150. …en tiempos de tinieblas espirituales aparecieron Whtfield y los Wesley como portadores de la luz de Dios… La gran doctrina de la justificación por la fe, tan claramente enseñada por Lutero, se había perdido casi totalmente de vista.

 

“Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo” (Juan 6:33).

“Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:17).

 

El Conflicto de los Siglos, Pág. 295. Wesley consagró su vida a predicar las grandes verdades que había recibido; la justificación por medio de la fe en la sangre expiatoria de Cristo, y el poder regenerador del Espíritu Santo en el corazón, que lleva fruto en una vida conforme al ejemplo de Cristo. El Conflicto de los Siglos, Pág. 299. El mensaje presente, la justificación por la fe, es un mensaje de Dios. Lleva las credenciales divinas porque su fruto es para santidad.

1. Aceptamos por fe que el sacrificio de Cristo sustituye nuestro lugar en la cruz del calvario.

2. Nos rendimos completamente, nos arrepentimos y confesamos a Dios nuestros pecados.

3. Creemos que Dios perdona nuestros pecados individuales.

4. Experimentamos la dádiva de la justificación por la fe por medio del nuevo nacimiento.

5. Permanecemos en Cristo por medio de una continua, amante relación de confianza y obediencia. Esta quinta condición, resulta en nuestra santificación

 

 

Así que hablando claramente, somos justificados por fe en Cristo, quien murió por nosotros. La fe en si misma, no nos salva. Es la fe en el Hijo de Dios la que salva. Permítanme decirlo en las palabras de (John Janiuk en El Juego Final de la Gran Controversia, libro 2, p. 3): “Cuando tú y yo por fe, mediante arrepentimiento, confesión y entrega aceptamos la muerte de Cristo en la cruz por nosotros y su justicia como nuestro sustituto y nuestro salvador, entonces Dios nos acepta, porque aceptamos a su Hijo. Él nos ve como si nunca hubiésemos pecado y nos acepta como si fuésemos sin pecado. Este es el meollo de la justificación por la fe”. ¡Qué espléndido!

 

Cristo le dijo a Nicodemo: antes que puedas ver el reino de Dios, “debes nacer de nuevo”. Cuando Dios perdona a un hombre, le proporciona un nuevo corazón, un nuevo nacimiento. “Os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne” (Ezequiel 36: 26). Muchos no se dan cuenta que la justificación por la fe, incluye el nuevo nacimiento, que obra una nueva mente, un nuevo pensamiento, porque la inspiración revela claramente esta verdad: “Ser perdonados en la forma en que Cristo perdona es no solamente ser perdonados, sino ser renovados en el espíritu de nuestra mente” (Mensajes Selectos, t. 3, p. 217).

 

Elena de White comenta acerca de esta experiencia de David: “Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen... El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado”. “Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí" (El Discurso Maestro de Jesucristo, p. 97).

 

 LA JUSTIFICACIÓN EN SENTIDO ESPECÍFICO TEOLÓGICO Antes que Adán cayese le era posible desarrollar un carácter justo por la obediencia a la ley de Dios. Más no lo hizo, y por causa de su caída tenemos una naturaleza pecaminosa y no podemos hacernos justos a nosotros mismos.

 

El carácter de Cristo reemplaza el vuestro, y sois aceptados por Dios como si no hubierais pecado. El Camino a Cristo, Pág. 62. Este es declarado justo mediante Aquel que habla la verdad. El Señor imputa al creyente la justicia de Cristo y lo declara justo ante el universo. Transfiere sus pecados a Jesús, el representante del pecado, su sustituto y garantía.

 

¿Captó el significado en la última línea? “Dios recibe, perdona y justifica al alma creyente y arrepentida, y la trata como si fuera justa, y la ama como ama a su Hijo”. ¿Porqué ama tanto Dios al hombre? ¿No es acaso que por medio del Espíritu Santo el hijo de Dios mora en el corazón del hombre? Entonces, no ve  la desobediencia, sino la justicia de su propio hijo morando allí en el corazón. ¡Qué Dios!. Dios nos ama como ama a su hijo. ¡Incomprensible!, Pero es verdad. ¡Qué salvación!

 

 “LA JUSTICIA POR LA FE” TAMBIÉN USADO EN LUGAR DE “LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE” EN SENTIDO TEOLÓGICO Pablo y sus colaboradores proclaman la doctrina de la justicia por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo. Presentaban a Cristo como Aquel que, al ver la impotente condición de la especie caída, vino a redimir a los hombres y mujeres viviendo una vida de obediencia a la ley de Dios y pagando la penalidad de la desobediencia a la ley de Dios . Los Hechos de los Apóstoles, Pág. 169.

 

OBTENIENDO Y RETENIENDO LA JUSTIFICACIÓN A fin de obtener la justicia de Cristo, es necesario que el pecador sepa lo que es arrepentimiento que efectúa un cambio radical en la mente, en el espíritu y en la acción. La obra de la transformación debe comenzar en el corazón y manifestar su poder mediante cada facultad de ser. Mensajes Selectos, tomo 1, Pág. 460. Sólo los contritos son perdonados… Mensajes Selectos, tomo 1, Pág. 414.

 

 Nadie puede creer con el corazón para justificar y obtener así la justificación por la fe mientras continúe en la práctica de aquellas cosas que prohíbe la palabra de Dios, y mientras descuide cualquier deber conocido. Dios requiere la entrega completa del corazón antes de que pueda efectuarse la justificación, Y a fin de que el hombre retenga la justificación, debe haber una obediencia continua mediante una fe activa y viviente que obre por el amor y purifique el alma. Mensajes Selectos, tomo 1, Pág. 429. 

 

 la justificación por la fe, y las preciosas y grandísimas promesas de la Palabra de Dios, el libre acceso al Padre por medio de Cristo, la consolación del Espíritu y la bien fundada seguridad de la vida eterna en el reino de Dios. Palabras de Vida, Pág. 257. La luz que brilla de la Palabra de Dios ha sido clara y nítida: la justificación por la fe, Cristo nuestra justicia. Las experiencias han sido muy interesantes. Mensajes Selectos, Pág. 424. La justicia por la cual somos justificados es imputada; la justicia por la cual somos santificados es impartida. La primera es nuestro derecho al cielo; la segunda, nuestra idoneidad ara el cielo. Mensajes para los Jóvenes, Pág. 32. El único fundamento de nuestra esperanza es la justicia de Cristo que nos es imputada, y la que produce su Espíritu obrando en nosotros y por nosotros. El Camino a Cristo. Pág. 63.

 

¨¨ Hemos transgredido la ley de Dios, y por las obras de la ley ninguna carne será justificada. Los mejores esfuerzos que pueda hacer el hombre con su propio poder son ineficaces para responder ante la ley santa y justa que ha transgredido, pero mediante la fe en cristo puede demandar la justicia del Hijo de Dios como plenamente suficiente.

 

Cristo satisfizo las demandas de la ley en su naturaleza humana. Llevó la maldición de la ley por el pecador, hizo expiación para él a fin de que cualquiera que cree en él, no se pierda mas tenga vida eterna. La fe genuina se apropia de la justicia de Cristo y el pecador es hecho vencedor con Cristo, pues se lo hace participante de la naturaleza divina y así se combina la divinidad y la humanidad. Mensajes Selectos, tomo 1, Pág. 426

 

LA JUSTICIA ES IMPUTADA PARA QUE LA PUEDA SER IMPARTIDA AL HOMBRE. LA ÚNICA RAZÓN POR LA CUAL DIOS JUSTIFICA AL HOMBRE ES PARA QUE PUEDA SER SANTIFICADO POR EL HABITAR DEL ESPÍRITU SANTO EN SU VIDA.

 

El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. El Discurso Maestro de Jesucristo, Pág. 97. La obra expiatoria de Cristo no es una salida ingeniosa para lograr el perdón de nuestros pecados; es un remedio divino para curar la trasgresión y restaurar la salud espiritual. Es el medio más establecido por el cielo para que la justicia de Cristo no sólo esté sobre nosotros sino en nuestros corazones y caracteres.

 

El carácter de Cristo reemplaza el vuestro, y sois aceptados por Dios como si no hubierais pecado. Más aún, Cristo cambia el corazón, y habita en el vuestro por la fe. Debéis mantener esta comunión con Cristo por la fe y la sumisión continua de vuestra voluntad de El. Mientras los hagáis, el obrará en vosotros para que queráis y hagáis conforme a su beneplácito. Así que no hay en nosotros mismos cosa alguna de que jactarnos. No tenemos motivo para ensalzarnos. El único fundamento de nuestra esperanza es la justicia de Cristo que nos es imputada la que produce su espíritu obrando en nosotros y por nosotros. El Camino a Cristo. Págs. 62, 63.

 

Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con un corazón, la voluntad se fusione con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar vestido con el manto de su justicia. Entonces, cuando el Señor nos contempla, él ve no el vestido de hojas de higuera, sino su propia ropa de justicia que es la perfecta obediente a la ley de Jehová. Palabras de Vida, Págs. 253, 254. Mediante la gracia divina se imparte al hombre poder sobrenatural que obra en la mente, el corazón y el carácter. Mediante la comunicación de la gracia de Cristo, el pecado es discernido en su aborrecible naturaleza y finalmente expulsado del templo del alma. Mensajes Selectos, tomo 1, Págs. 430.

 

 LA JUSTICIA IMPUTADA PUEDE SER MÁS AMPLIA DE LO QUE HABÍAMOS PENSADO No se esfuerza santamente por vencer los errores y por perfeccionar un carácter recto mediante la justicia imputada de Cristo. Mensajes para los Jóvenes, Págs. 25, 26. Por los méritos de Cristo, por su justicia que nos es imputada por la fe, debemos alcanzar la perfección del carácter del cristiano. Joyas de los Testimonios, tomo 2, Pág. 341. Cada verdadero cristiano será fuerte, no en la fuerza y los méritos de sus buenas obras, pero en la justicia de Cristo, que por la fe es imputada a él. SDA Biblia Comentary, Vol. 7, Pág. 907

 

LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE Y LA JUSTICIA DE CRISTO.

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