Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia"

11.12.2015 12:04

Bienaventurados los misericordiosos.

 

El Señor Jesús dijo: "Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos alcanzarán misericordia".  Nunca como hoy en día hubo una época cuando hubiera mayor necesidad de ejercer la misericordia.

 

Creado en perfección y hermosura. El hombre salió de la mano de su Creador perfecto en su organismo y hermoso en su forma (Christian Temperance and Bible Hygiene,  pág. 7).

 

El hombre fue el acto culminante de la creación de Dios, hecho a la imagen de Dios, con el propósito de ser una copia fiel de Dios (Review and Herald, 18-6-1895).

 

Adán era un ser noble dotado de una mente poderosa, de una voluntad en armonía con la voluntad de Dios, y de afectos que se centraban en el cielo.  Su cuerpo no había recibido la herencia de ninguna enfermedad, y su alma llevaba el sello de la Divinidad (The Youth's Instructor, 5-3-1903).

 

El Creador del hombre ha dispuesto la maquinaria viviente de nuestro cuerpo.  Toda función ha sido hecha maravillosa y sabiamente.  Y Dios se ha comprometido a conservar esta maquinaria humana marchando en forma saludable, si el agente humano quiere obedecer las leyes de Dios y cooperar con él (Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, pág. 17).

 

Regidos y controlados por una razón santificada son santidad a Jehová (Manuscrito 47, 1896).

 

Los nervios del cerebro que relacionan todo el organismo entre sí son el único medio por el cual el cielo puede comunicarse con el hombre, y afectan su vida más íntima.  Cualquier cosa que perturbe la circulación de las corrientes eléctricas del sistema nervioso, disminuye la fuerza de las 13 potencias vitales, y como resultado se atenúa la sensibilidad de la mente (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 254).

 

Cristo sabía que para poder llevar a cabo con éxito el plan de salvación, debía  comenzar la obra de redimir al hombre precisamente donde comenzó la ruina.  Adán cayó en el terreno del apetito (Health Reformer, agosto de 1875)

 

 Si honramos al Señor haciendo nuestra parte, él hará la suya para preservar nuestra salud.  Debemos tener un dominio razonable de todos nuestros órganos.  Por la práctica de la temperancia en el comer, en el beber, en el vestir, en trabajar, y en todas las cosas, podemos hacer para nosotros mismos lo que ningún médico puede hacer en nuestro favor (Manuscrito 41, 1908).

 

Cuando el pueblo de Israel, su rey, sus nobles y sacerdotes, fueron llevados a la cautividad, se eligieron de entre ellos cuatro personas para servir en la corte del rey de Babilonia.  Uno de estos era Daniel, quien en su temprana juventud prometía llegar a la notable capacidad desarrollada en los años posteriores. 

 

Estos jóvenes eran todos de principesco abolengo, y se los describe como muchachos en quienes no había "tacha alguna, y de buen parecer, y enseñados en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey"(Daniel 1:4). Percibiendo los talentos superiores de estos jóvenes cautivos, el rey Nabucodonosor determinó preparar 134 los para ocupar importantes posiciones en su reino.

 

Dios ha dicho: "Honraré a los que me honran" (1 Samuel 2:30).  Mientras Daniel se aferró a su Dios con inconmovible confianza, el espíritu del poder profético vino sobre él.  Mientras era instruido por los hombres en los deberes de la corte, Dios le enseñaba a leer los misterios de las edades futuras, y a presentar a las generaciones del porvenir por medio de símbolos y símiles, los maravillosos acontecimientos que habrían de suceder en los últimos días (La Edificación del Carácter y la Formación de la Personalidad, págs. 21-29).

 

Los hábitos físicos correctos promueven la superioridad mental.  El poder intelectual, el vigor físico, y la extensión  de la vida dependen de leyes inmutables.  La naturaleza de Dios no interferirá para preservar a los hombres de las consecuencias de violar los requerimientos de la misma.

 

Acostarse y levantarse temprano hace a un hombre sabio, rico y saludable” ~Benjamin Franklin

 

 La claridad de mente y la firmeza de propósito de Daniel, su poder de adquirir conocimiento y de resistir la tentación, se debieron en gran medida a la sencillez de su dieta, en relación con su vida de oración.

 

Hay mucha verdad áurea en el adagio: "Cada hombre es el arquitecto de su propia fortuna".  Si bien es cierto que los padres son responsables de moldear el carácter como de la educación y preparación de sus hijos, también es cierto que nuestra posición y nuestra utilidad en el mundo dependen en alto grado de nuestro propio curso de acción.

 

 Daniel y sus compañeros gozaron de los beneficios de una correcta preparación y educación en su vida temprana, pero estas ventajas solas no podrían haber hecho de ellos lo que fueron.  Vino el tiempo cuando debían actuar por sí mismos, cuando su futuro dependía de su propio curso de acción.  Entonces decidieron ser fieles a las lecciones que recibieron en la niñez.  El temor de Dios, que es el principio de la sabiduría, fue el fundamento de su grandeza (Youth's Instructor, 9-7-1903).

 

“Deje que los alimentos sean su medicina y que la medicina sea su alimento” ~Hipócrates

 

El que se complace en comer libremente, y sobrecarga los órganos digestivos hasta el punto de incapacitarles de digerir adecuadamente el alimento, también es un hombre intemperante, y encontrará que le es imposible discernir claramente las cosas espirituales (Manuscrito 41, 1908).

 

Bienaventurado el Que Piensa en el pobre;   En el día malo lo librará Jehová.Jehová lo guardará, y le dara vida; Será bienaventurado en la tierra. Jehová lo sustentará Sobre el lecho del dolor;  Mullirás Toda su cama en su illness. Yo Dije: Jehová, ten misericordia de mí;  Sana mi alma, Porque ti contra él pecado. Salmos 41:1-5

 

David alude a esta situación crítica, cuando exclama a Dios, “Sana mi alma” (v.4b).  Al escribir la palabra, “alma”, David no estaba pensando solo en la parte inmaterial de su ser; tampoco estaba pensando solo en sus emociones o sentimientos.  El contexto de la enfermedad de David, indica que la palabra, ‘nefesh’ (“alma”), significa la totalidad de su ser; es sinónimo de ‘vida’[1].

  (Lucas 15:21).  La confesión es muy importante, porque abre el camino a la sanidad física, y a la restauración espiritual (Sant 5:15-16). como Job, en su situación.

 

. Pidió Misericordia (v.4a, 10a)

Lo primero que David pidió fue “misericordia”.  Lo hizo dos veces, para indicar cuan importante era, y cuanto lo necesitaba.  La palabra en hebreo es ‘kjanan’.   Significa ‘inclinarse o agacharse’ para atender a alguien.  Indica una actitud de compasión; un deseo de hacer lo posible por ayudar a otra persona – especialmente a una persona más débil o inferior.

Pidió Sanidad Física (v.4b, 10b)

En el v.4b pide, “sana mi alma”; es decir, ‘sáname completamente’.   Y en el v.10b, añade, “hazme levantar”.  David conocía el poder de Dios para sanar.  El verbo, ‘rafa’, vino a estar ligado con el nombre de Dios – “Yo soy Jehová tu sanador” (Éx 15:26); ‘Jehová Rafa’.  ¡Qué precioso nombre!

Pero Dios no solo sana, sino levanta y restaura.  Lo vemos en el caso de la suegra de Pedro, a quien Cristo no solo sanó, sino que la restauró física y anímicamente (Marcos 1:30-31).

 

David había Servido a personas en necesidad, en su día malo; ahora que le toca a él pasar por un mal momento, está seguro de la ayuda de Dios.    No es tanto que David siente que lo merece, sino que conoce el carácter de Dios; sabe los principios según los cuales Dios actúa.

 

Confía que Dios lo Sustentará (v.3a, 12a)

En el v.3a, David afirma: “Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor”.  El verbo en hebreo (‘saad’) tiene una variedad de significados, según el contexto.  Puede significar ‘fortalecer’, ‘consolar’ o ‘sostener’ (ver Gén 18:5; Juec 19:5; Sal 18:35; 20:2) "Promoviendo la Excelencia en la Predicación"

 

 

La Temperancia.

 

!Bendiciones Abundantes!



 

 

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