Es un Circulo.

26.08.2015 09:04

CAPÍTULO 7.  El Diluvio

 

EN Los días de Noé pesaba sobre la tierra una gran consecuencia de la transgresión de Adán .  No obstante a esta circunstancia, la faz de la naturaleza no había cambiado mucho.  Había señales evidentes de decadencia, pero la tierra todavía era bella y rica con los regalos de la providencia de Dios.

 

 Las colinas estaban coronadas de majestuosos árboles que sostenían los sarmientos cargados del fruto de la vid.  Las vastas planicies que semejaban jardines estaban vestidas de suave verdor y endulzadas con la fragancia de miles de flores.  Los frutos de la tierra eran de una gran variedad y de una abundancia casi ilimitada. 

 

Los árboles superaban en tamaño, belleza y perfecta simetría, a los más hermosos del presente; la madera era de magnífica fibra y de dura substancia, muy parecida a la piedra, y apenas un poco menos durable que ésta.  Además, abundaban el oro, la plata y las piedras preciosas.

 

El linaje humano aun conservaba mucho de su vigor original.  Sólo pocas generaciones habían pasado desde que Adán había tenido acceso al árbol que había de prolongar la vida; y la unidad de la existencia del hombre era todavía el siglo.  Si aquellas personas dotadas de longevidad hubieran dedicado al servicio de Dios sus excepcionales facultades para hacer planes y ejecutarlos, habrían hecho del nombre de su Creador un motivo de alabanza en la tierra, y habrían cumplido el motivo por el cual él les dio la vida.  Pero dejaron de hacerlo.  Había muchos gigantes, hombres de gran estatura y fuerza, renombrados por su sabiduría, hábiles para proyectar las más sutiles y maravillosas obras.

 

Es una ley del espíritu humano que nos hacemos semejantes a lo que contemplamos.  El hombre no se elevará más allá de sus conceptos acerca de la verdad, la pureza y la santidad.

 

Principio: La ley de la asociación establece que uno se convierte en aquello con lo que pasas tiempo.

 

El mundo estaba en su infancia; no obstante,la inclinacion al mal del  género humano se había hecho tan profunda y general que Dios no pudo soportarla más; y dijo: "Raeré los hombres que he creado de sobre la faz de la tierra." (Vers 7; véase el Apéndice, nota 1.) Declaró que su Espíritu no contendería para siempre con la humanidad .

 

Principio: Tu medio ambiente determina su forma de pensar , la forma de pensar determina el futuro.

 

Ciento veinte años antes del diluvio, el Señor, mediante un santo angel, comunicó a Noé su propósito, y le ordenó que construyese un arca.  Mientras la construía, había de predicar que Dios iba a traer sobre la tierra un diluvio, Los que creyesen en el mensaje, y se preparasen para ese acontecimiento mediante el arrepentimiento y la reforma, obtendrían perdón y serían salvos.  Enoc habla repetido a sus hijos lo que Dios le habia manifestado tocante al diluvio, y Matusalén y sus hijos, que alcanzaron a oír las prédicas de Noé, le ayudaron en la construcción del arca.

 

Dios dio a Noé las dimensiones exactas del arca, y explícitas instrucciones acerca de todos los detalles de su construcción.  La sabiduría humana no podría haber ideado una estructura de tanta solidez y durabilidad.  Dios fue el diseñador, y Noé el maestro constructor.  Se construyó como el casco de un barco, para que pudiese flotar en el agua, pero en ciertos aspectos se parecía más a una casa.  Tenía tres pisos, con sólo una puerta en un costado.  La luz entraba por la parte superior, y las distintas secciones estaban arregladas de tal manera que todas recibían luz.  En la construcción del arca se empleó madera de ciprés, que duraría cientos de años.  La construcción de esta estructura fue un proceso lento y trabajoso.  A pesar de la gran fuerza que poseían los hombres de aquel entonces, debido al gran tamaño de los árboles y la naturaleza de la madera, se necesitaba mucho más tiempo que ahora para prepararla.

 

Principio: Dios diseño todos los Propósitos para que contaran con su propia provisión.

 

"Por la fe Noé, habiendo recibido respuesta de cosas que aun no se veían, aparejó el arca en que su casa se salvase: por la cual fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que es por la fe." (Heb.  11:7.) Mientras Noé daba al mundo su mensaje de amonestación, se perfeccionó y manifestó su fe.  Dio al mundo el ejemplo de creer exactamente lo que Dios dice.  Todo lo que poseía lo invirtió en el arca.  Cuando empezó a construir aquel inmenso barco en tierra seca, multitudes vinieron de todos los rumbos a ver aquella extraña escena, y a oír las palabras serias y fervientes de aquel singular predicador.  Cada martillazo dado en la construcción del arca era un testimonio para la gente.

 

Principio: la misión que Dios te ha dado se va ha realizarse hasta entonces tienes que vivir por fe.

 

El mundo antediluviano razonaba que las leyes de la naturaleza habían sido estables durante muchos siglos.  Las estaciones se habían sucedido unas a otras en orden.  Hasta entonces nunca había llovido; la tierra había sido regada por una niebla o el rocío.  Los ríos nunca habían salido de sus cauces, sino que habían llevado sus aguas libremente hacia el mar.  Leyes fijas habían mantenido las aguas dentro de sus límites naturales.  Pero estos razonadores no reconocían la mano del que había detenido las aguas diciendo: "Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante." (Job 38:11)

 

Si los antediluvianos hubiesen creído la advertencia y se  hubiesen arrepentido de sus obras ,el Señor habría desistido de su ira, como lo hizo más tarde con Nínive.  Pero con su obstinada resistencia a los reproches de la conciencia y a las advertencias, aquella generación llenó la copa .

 

Su tiempo de gracia estaba a punto de concluir.  Noé había seguido fielmente las instrucciones que había recibido de Dios.  El arca se terminó en todos sus aspectos como Dios lo había mandado, y fue provista de alimentos para los hombres.  Y entonces el siervo de Dios dirigió su última y solemne súplica a la gente.  Con anhelo indecible, les rogó que buscasen refugio mientras era posible encontrarlo.  Nuevamente rechazaron sus palabras.

 

Dios mandó a Noé: "Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a t i he visto justo delante de mí en esta generación." (Gén. 7:1.) Las advertencias de Noé habían sido rechazadas por el mundo, pero su influencia y su ejemplo habían sido una bendición para su familia.  Como premio por su fidelidad e integridad, Dios salvó con él a todos los miembros de su familia. ¡Qué estímulo para la fidelidad de los padres!

 

Principio : El Plan de Dios es que se salven usted y su casa.

 

Noé y su familia estaban en el arca; "y Jehová le cerró la puerta." (Vers. 16.) Se vio un relámpago deslumbrante, y una nube de gloria más vívida que el relámpago descendió del cielo para cernerse ante la entrada del arca.  La maciza puerta, que no podían cerrar los que estaban dentro, fue puesta lentamente en su sitio por manos invisibles.  Noé quedó adentro y los que habían desechado la misericordia de Dios quedaron afuera.  El sello del cielo fue puesto sobre la puerta; Dios la había cerrado, y sólo Dios podía abrirla.

 

Dios no condenó a los antediluvianos porque comían y bebían; les había dado los frutos de la tierra en gran abundancia para satisfacer sus necesidades materiales.  Su pecado consistió en que tomaron estas dádivas sin ninguna gratitud hacia el Dador.

 

Era lícito que se casaran.  El matrimonio formaba parte del plan de Dios; fue una de las primeras instituciones que él estableció.  dio  instrucciones especiales tocante a esta institución, revistiéndola de santidad y belleza; pero estas instrucciones fueron olvidadas.

 

Antes del diluvio, Dios mandó a Noé que diese aviso al mundo, para que los hombres fuesen llevados al arrepentimiento.  A medida que se aproxima el momento de la segunda venida de Cristo, el Señor envía a sus siervos al mundo con una amonestación para que los hombres se preparen para ese gran acontecimiento.  y ahora, con toda misericordia, las llama para que obedezcan sus sagrados preceptos.

 

"Y como fue en los días de Noé, ... como esto será el día  como el día que el Hijo del hombre se manifestará." "El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán desechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas." (Luc. 17: 26, 30; 2 Pedro 3: 10)

 

 

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