Conductos de la Gracia

15.04.2016 17:19

La vida de Cristo era de una influencia siempre creciente, sin límites; una influencia que lo ligaba a Dios y a toda la familia humana.  Por medio de Cristo, Dios ha investido al hombre de una influencia que le hace imposible vivir para sí.

 Estamos individualmente vinculados con nuestros semejantes, somos una parte del gran todo de Dios y nos hallamos bajo obligaciones mutuas.  Ningún hombre puede ser independiente de sus prójimos, pues el bienestar de cada uno afecta a los demás.  Es el propósito de Dios que cada uno se sienta necesario para el bienestar de los otros y trate de promover su felicidad. (Lecciones Prácticas del Gran Maestro, pág. 310.)

 

La religión de la Biblia no se ha de limitar a lo contenido entre las tapas de un libro, ni entre las paredes de una iglesia.  No ha de ser sacada a luz ocasionalmente para nuestro beneficio, y luego guardarse cuidadosamente.  Ha de santificar la vida diaria, manifestarse en toda transacción comercial y en todas nuestras relaciones sociales. (El Deseado de Todas las Gentes, págs. 262, 263.)

 

LA ELECCIÓN DE VUESTRO DESTINO

¡Ojalá comprenda cada uno que él es el árbitro de su propio destino!  En vosotros yace vuestra felicidad para esta vida y para la vida futura e inmortal.  Si lo queréis, tendréis compañeros que, por su influencia, restarán valor a vuestros pensamientos, vuestras palabras y vuestras normas morales.

 

NUESTRA FUENTE DE EFICIENCIA

Necesitamos hacer uso de los jóvenes que cultiven la laboriosidad honrada, que no teman poner a prueba sus facultades. Jóvenes tales encontrarán empleo en todas partes, porque no vacilan en el camino; llevan la semejanza divina en la mente y el alma. 

Sólo tienen una cosa en vista y avanzan y se elevan constantemente   gritando: ¡Victoria!  Pero no hay llamamiento para el indolente, el temeroso y el incrédulo, que por su falta de fe y de disposición a negarse a sí mismo por la causa de Cristo, impide que la obra avance...

Dios llama a aquellos que quieren ser sus colaboradores.  Relacionada con Cristo, la naturaleza humana llega a ser pura e íntegra.  Cristo provee la eficiencia y el hombre se convierte en un poder para el bien.  La veracidad y la integridad son atributos de Dios, y el que posee estos atributos posee un poder invencible (Review and Herald, marzo 10, 1903).

 

UN ALTO IDEAL QUE ALCANZAR

El ideal que Dios tiene para sus hijos está por encima del alcance del más elevado pensamiento humano.  El blanco a alcanzarse es la piedad, la semejanza a Dios.  Ante el estudiante se abre un camino de progreso continuo. 

 

Tiene que alcanzar un objeto, lograr una norma que incluye todo lo bueno, puro y noble.  Progresará tan rápidamente e irá tan lejos como fuere posible en todos los ramos del verdadero conocimiento.  Pero sus esfuerzos se dirigirán a fines tanto más altos que el mero egoísmo y los intereses temporales, cuanto son más altos los cielos que la tierra (La educación, pág. 16) .

 

CONDUCTOS DE LA GRACIA DE DIOS

Es el privilegio de toda alma ser un canal vivo por medio del cual Dios pueda comunicar al mundo los tesoros de su gracia, las inescrutables riquezas de Cristo.  No hay nada que Cristo desee tanto como agentes que representen al mundo su Espíritu y carácter.

 No hay nada que el mundo necesite tanto como la manifestación del amor del Salvador mediante la humanidad.  Todo el cielo está esperando que haya canales por medio de los cuales pueda derramarse el aceite santo para que sea un gozo y una bendición para los corazones humanos (Palabras de vida del gran Maestro, pág. 397). 38

 

EL PROGRESO DIARIO

 

Es tarea de la juventud progresar día tras día.  Pedro dice: "Añadid a vuestra fe el poder; y al poder, la ciencia; y a la ciencia, la templanza; y a la templanza, la paciencia; y a la paciencia, la piedad; y a la piedad, fraternidad; y a la fraternidad, amor.  Porque subsistiendo y abundando en vosotros estas cosas, no os dejarán estar ociosos y sin fruto en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo".

 

HACIA ALTURAS CADA VEZ MAYORES

 

Por grandes o pequeños que sean vuestros talentos, recordad que lo que tenéis es vuestro, pero que sólo lo tenéis en custodia.  Dios os prueba así, dándoos oportunidad de mostraros fieles.  Le sois deudores por todas vuestras aptitudes.  Vuestras facultades del cuerpo, la mente y el alma le pertenecen, y habéis de usarlas para él.

  Ante Aquel que lo da todo debéis rendir cuenta de vuestro tiempo, vuestra influencia, vuestras aptitudes, vuestra habilidad.  Aquel que por esfuerzos fervientes trata de llevar a cabo el gran plan del Señor para elevar a la humanidad, es el que mejor usa sus dones.

Perseverad en la obra que habéis empezado hasta ganar victoria tras victoria.  Educaos para un fin.  Tened en vista la más elevada norma para que podáis realizar cada vez mayor bien, reflejando así la gloria de Dios (Youth's Instructor, enero 25, 1910).

 

EL TEMPLO DEL ALMA

 

LA OBEDIENCIA fiel a los requerimientos de Dios, tendrá una sorprendente influencia para elevar, desarrollar y fortalecer todas las facultades del hombre.  Los que en su juventud se han entregado al servicio de Dios, llegan a ser hombres de sano criterio y agudo discernimiento. ¿Y por qué no había de ser así?  La comunión con el mayor Maestro que ha conocido el mundo fortalece el entendimiento, ilumina la mente y purifica el corazón; eleva, refina y ennoblece al hombre entero.  "La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples".

 

EL EXAMEN DE SI MISMO

¡El amor y la gracia de Dios! ¡Oh preciosa gracias valiosa que el oro fino!  Eleva y ennoblece el espíritu por encima de todos los demás principios.  Coloca el corazón y los afectos en el cielo.  .  El trato con Dios y la contemplación de las cosas de arriba transforman el alma a la semejanza de Cristo (Review and Herald, mayo 11, 1886). 83

 

DIOS NO ES IRRAZONABLE

 

La iglesia de Dios está compuesta de vasos grandes y pequeños.  El Señor no pide nada que sea irrazonable.  No espera que los vasos más pequeños tengan la capacidad de los más grandes.  Espera retribución de acuerdo con lo que el hombre tiene, y no de acuerdo con lo que no tiene. 

Haced lo mejor que podáis, y Dios aceptará vuestros esfuerzos.  Emprended el cumplimiento del deber que tengáis más a mano y llevadlo a cabo con fidelidad, y vuestro trabajo será completamente aceptable para el Maestro.  No paséis por alto las tareas más pequeñas que os esperan, en vuestro deseo de hacer algo grande.

 

EL PODER DEL DOMINIO PROPIO

En la niñez y en la juventud, el carácter, es más impresionable.  Entonces debería adquiriese el poder del dominio propio junto al hogar y a la mesa familiar, se ejercen influencias cuyos resultados son duraderos como la eternidad.  Más que cualquier dote natural, los hábitos establecidos en los primeros años determinarán si un hombre saldrá victorioso o derrotado en la batalla de la vida.

 

EL DOMINIO DEL ESPÍRITU

 

Hay un poder maravilloso en el silencio, Con su propia fuerza el hombre no puede gobernar su espíritu.  Pero mediante Cristo puede lograr el dominio propio.  Con la fuerza de Cristo puede poner sus pensamientos y palabras en sujeción a la voluntad de Dios.  La religión de Cristo pone las emociones bajo el gobierno de la razón, y disciplina la lengua.  Bajo su influencia se apacigua el temperamento precipitado, y el corazón se llena de paciencia y suavidad.

Asíos firmemente de Aquel que tiene todo poder en el cielo y en la tierra.  Aunque con mucha frecuencia no logréis manifestar paciencia y calma, no abandonéis la lucha.  Resolved nuevamente, y esta vez con más firmeza, ser pacientes bajo toda provocación.  Y no apartéis nunca la vista del divino Ejemplo (Review and Herald, octubre 31, 1907).

 

FIEL EN LO POCO

 

"EL QUE es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel".

El que cumple fielmente los pequeños deberes, estará preparado para responder a la demanda de mayores responsabilidades.  El hombre que es bondadoso y cortés en la vida diaria, que es generoso y tolerante en su relación con su familia, cuyo constante propósito es hacer feliz su hogar, será el primero en negarse a sí mismo y hacer sacrificios cuando el Maestro lo demande.

 

Libro: Mensajes para los Jóvenes.

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