!Es Vanidad!.

27.04.2015 09:19

Eclesiaste 1

 

En las Escrituras Hebreas, el libro llamado Eclesiastés es conocido como Qoheleth (a veces deletreado Qohelet o Koheleth).

El primer versículo atribuye la calidad de autor a Qoheleth, “pariente de David” – haciendo creer a muchos que es Salomón, que escribió Proverbios, el libro que precede. Eclesiastés, como Proverbios, se clasifica como un Libro de Sabiduría.

 

La palabra Eclesiastés se deriva de la palabra griega, ekklesia.  La palabra hebrea, Qoheleth, se refiere a una persona calificada para dirigirse a una asamblea pública, y la palabra griega ekklesia, significa asamblea pública.  La temprana iglesia adoptó la palabraekklesia para referirse a la iglesia, la asamblea de creyentes.  Sin embargo, el énfasis del libro de Eclesiastés está en la sabiduría del que se dirige a la asamblea pública y no en la asamblea misma.

 

Qoheleth comienza diciendo “vanidad de vanidades, todo vanidad” (1:2).  Aunque hay un tiempo para todo (3:1), hay momentos que van más allá de nuestro entendimiento.  En lugar de tratar de comprender el significado de la vida, sería mejor buscar alegría y experimentar el gozo que trae la comida, los cuales son regalos de Dios (3:10-15; 9:7-10).

 

Palabras. Así empieza el versículo que da el título a este libro.  Otros tres libros de la Biblia comienzan en una forma similar: Nehemías, Jeremías y Amós.  El término hebreo traducido "palabras" significa también "noticias", "informe", "mensaje", "relato", "encargo".

Predicador.Heb.  Qohélth del verbo qahal: "congregarse", "reunirse".  Hay ejemplos del uso de qahal en 2 Crón. 20: 26; Est. 9: 2, 16, 18; etc.  El sustantivo a fin, traducido "asamblea", "congregación", "compañía", aparece 122 veces en el AT

 

Yo el Predicador” (Qoheleth) (v. 12a).  Unas traducciones traducen la palabra, Qoheleth, como Maestro y otras como Predicador.  La palabra significa “uno que colecciona sabiduría, un predicador… La suposición era que el predicador habría coleccionado toda la sabiduría posible para poder hablar de la vida” (Baker & Carpenter, 984-985)

).

Jerusalén, la capital de la nación, gloriosamente situada, no sólo era el único lugar de la residencia real sino, sobre todo, la sede de Dios entre su pueblo divinamente elegido.  La religión y la sabiduría divinas deberían haber estado aquí en su grado de máxima pureza y excelencia.  El que gobernaba en su trono desde una ciudad tal, debería haber sido un instrumento ideal, dócil a la dirección de Dios y sujeto a su voluntad, para irradiar sabiduría celestial ante un pueblo receptivo.

 

Todo es vanidad.Podría traducirse adecuadamente: "La suma total es vanidad", o sea que el mundo en su totalidad -incluso toda la vida- es como si no fuese más que un "aliento" o "vapor", carente de promesa alguna de esperanza.

 

Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu” (v. 14).  Otros que buscaban sabiduría también habían estudiado la vida, y habían concluido que sí tenía sentido – que la vida tenía algún tipo de estructura moral comprensible – que una vida bien vivida podía ser feliz y significante.  Qoheleth, sin embargo, estudió la vida y concluyó que “todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.”

 

Provecho.Heb. yithron.  Vocablo que aparece nueve veces más en este libro (caps. 2: 11, 13; 3: 9; 5: 9, 16; 7: 12; 10: 10, 11), y se traduce de diversas maneras: "sobrepasa", "provecho", "aprovechó", "excede" y "provechosa".  Yithron deriva de un verbo que significa "permanecer encima", y por lo tanto, el sustantivo que deriva de él contiene la idea de "restante", y luego, "exceso", "abundancia"; en hebreo, "superioridad", "ventaja".  El ser humano se esfuerza perpetuamente, pero sin obtener un resultado permanente.

 

Va girando de continuo. En hebreo se emplean cuatro veces en este versículo los vocablos derivados de la raíz "volver", "rodear", para destacar la idea de actividad y repetición incesantes.  La palabra también se usa al describirse la marcha del ejército de Josué alrededor de Jericó (Jos. 6: 3, 15) y las vueltas de los israelitas al rodear "el monte de Seir por mucho tiempo" (Deut. 2: 1, 3).

Salomón no se quejaba de los incesantes ciclos de la naturaleza, sino que veía en ellos un paralelo con los ciclos de la vida humana (cap. l: 4).  La vida del hombre, generación tras generación, ¿es acaso nada más que un asunto de repetición sin ningún propósito superior visible? ¿No habrá acaso un punto culminante para la existencia de la humanidad? ¿No tiene Dios un propósito eterno que finalmente reemplazará esta secuencia aparentemente interminable de la actividad del género humano?

 

La exactitud científica de la descripción que aquí se da del movimiento de las masas de aire alrededor de la superficie de la tierra no tiene paralelo en la literatura antigua.  Revela un conocimiento íntimo de las leyes de la naturaleza, muy superior al que tenían los hombres de la antigüedad.

 

Los ríos todos. Como tercer ejemplo del giro incesante de la naturaleza, Salomón presenta el ciclo del agua.  Aunque las fuerzas de la naturaleza presentan un cuadro de repetición incesante, su actividad fue designada por Dios y funciona en armonía con su voluntad.  Sin embargo, las actividades humanas -en la mayoría de los casos- no fueron designadas por Dios, y por lo tanto no tienden al propósito satisfactorio para el cual él creó al hombre.  La humanidad busca continuamente nuevas sendas hacia la felicidad y la satisfacción, pero sólo podrá lograr su verdadero fin cuando esté en paz con su Hacedor (ver Mat. 11: 28-30).

 

Nunca se sacia. La experiencia externa no puede satisfacer los anhelos íntimos del corazón.  Las cosas, es decir las bendiciones materiales, no satisfacen a la persona que piensa.  Un verdadero acercamiento a Dios no se logra por medio de los sentidos sino de una experiencia íntima.  Dios es espíritu (Juan 4: 24) y, por lo tanto, el ser humano debe llegarse a él mediante su propio espíritu.  Así también, lo que llega al oído físico no puede proporcionar un bien duradero a menos que se lo retransmita al sentido de la naturaleza espiritual, con la cual los mortales oyen la voz de Dios.

 

¿Qué es lo que fue?

Heb.  "lo que ha sido eso es lo que será".  Es una referencia a los ciclos inmutables de la naturaleza que se repiten en obediencia a las leyes de Dios.  La LXX y la Vulgata traducen incorrectamente esta oración y la siguiente en forma interrogativa; otro tanto hace la RVR.

Nada hay nuevo. Ninguna variación hay en los incesantes ciclos de la naturaleza.  Cuando se ha visto un ciclo, se los ha visto todos; y cada uno se mezcla tan imperceptiblemente con otro, que no se nota la diferencia.  Los ciclos no parecen tener más que un solo objetivo: perpetuarse.

 

¿Hay algo? El autor contesta una objeción implícita en sus declaraciones del vers. 9 con un desafío a mencionar alguna cosa "nueva". ¿Hay algo nuevo ?

Entonces, ¿qué ha de hacer el pastor con su trabajo de predicador? …Si para el pastor es imposible estar de acuerdo con las conclusiones de Qoheleth en cuanto a la futilidad de la vida, él o ella puede estar seguro de que hay unos en su congregación que, a veces – si no siempre – experimentan una futilidad profunda.  Esas voces deben ser oídas y comprendidas, especialmente en un contexto de alabanza” (Tucker, 357-358).

 

https://www.lectionary.org/EXEG-Spanish/OT/21-Eccles/Ecles.1.1-23.htm

Comentario biblico adventista tomo 7

 

¡ Bendiciones Abundantes!

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