La ley ritual y Cristo .

16.07.2015 09:13

 

Hebreos 10

 

Seguir a Cristo es y ha sido esencialmente un camino de fe, en contraste con el culto visible y colorido del pasado.  

     El camino de la fe, si de verdad lo hemos aceptado, será satisfactorio, porque nos da bendiciones espirituales de inmediato en la presencia de Dios como aquellos las buscaban en el lugar santísimo.  Este camino de fe mantiene abierta las esperanzas en el “día que se acerca” (vs. 25).

     Las exhortaciones quese  presenta a continuación es “acercarnos” a  y “mantenernos firmes” y a “estimularnos unos a otros” al amor, viviendo por fe porque “aquel día se acerca”.  Especialmente “no dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”.  

 

La ley. Esta palabra se emplea aquí como en el cap. 7:11: para describir el sistema judío de leyes instituidas en el Sinaí casi equivalente a la expresión "aquel [pacto] primero", tal como el autor la usa (ver com. cap 8: 7).  "Ley" o "primer pacto" equivalían al sistema levítico, en vigencia en los días del a partir del Sinaí.

Sombra. Una sombra sólo proyecta lo contornos del original; por lo tanto, no debe esperarse una similitud demasiado estrecha entre la sombra y el objeto que la proyecta "Sombra" se usa aquí en contraste con "imagen" (éikon), que indica una representación mucho más precisa (ver com. 2 Cor. 4: 4 Apoc. 13: 14).

 

Bienes venideros. Es decir, los que comenzarían con la venida de la realidad, o sea Cristo. No la imagen misma. "No la realidad" (BJ); "no la expresión real" (BC).  Ver com "sombra".

Nunca. Un intenso énfasis sobre la incapacidad de la "ley" para perfeccionar al ser humano.

Mismos sacrificios.Si bien lo que aquí se afirma se aplica a los sacrificios diarios, es evidente que se refiere a los sacrificios del día de la expiación.  La razón por la cual se destacan los sacrificios anuales es, según parece porque eran ofrecidos por el sumo sacerdote, y Jesús es presentado en Hebreos como el gran sumo sacerdote del nuevo y mejor pacto (cap. 8: 1; 9: 11).  Cf. cap. 9: 25-26, donde se contrasta de nuevo la obra de Cristo con la del sumo sacerdote terrenal en el día de la expiación.

 

Continuamente. Gr. eis to dienekés, "sin interrupción", "continuamente", "para siempre".  Los comentadores están divididos e cuanto a si esta frase adverbial corresponde con la flexión verbal "ofrecen" o con la frase "hacer perfectos".  La sintaxis sugiere "ofrecen sin interrupción"; pero al comparar es versículo con el 14, se puede preferir "hace perfectos para siempre", pues allí se dice que la única ofrenda de Cristo hizo perfecto "para siempre" (eis to dienekés) a los santificados.  Los antiguos sacrificios tenían un valor temporal, servían para instruir; pero de por sí nunca tuvieron el propósito de perfeccionar a los que rendían culto.  Era necesario repetirlos hasta el tiempo cuando llegara la realidad con el sacrificio único de Cristo, hecho "una vez para siempre". 475

 

Cesarían de ofrecerse. Habrían cesado si pudieran haber hecho lo que consumó el sacrificio de Cristo: perfeccionar "para siempre" (vers. 14).  Cristo hizo frente al problema del pecado "una vez para siempre"; por lo tanto, no había necesidad de repetir su sacrificio (cf. cap. 9: 25-26).

Limpios una vez. "Una vez purificados" (BJ).  Esta limpieza no se efectuó hasta que Cristo "se ofreció a sí mismo" (cap. 9: 14).  Fue entonces cuando hubo remisión para las transgresiones cometidas bajo el primer pacto (cap. 9: 15).

Entrando en el mundo. O sea en la encarnación.  Se presenta a Cristo como si estuviera pronunciando las palabras del Sal. 40: 6-8 en el momento de su entrada en el mundo.  Aquí está claramente implícita la preexistencia de Cristo.

 

Sacrificio y ofrenda. La afirmación de que Dios no quería "sacrificio y ofrenda" sin duda se refiere a la presentación de esos sacrificios sólo para cumplir con un requisito ritual, sin verdadera consagración del corazón.  Fue Cristo quien instituyó el sistema de sacrificios.  Si se hubiera cumplido debidamente habría sido una bendición para los adoradores sinceros, porque Dios no siente agrado con los sacrificios de los adoradores descuidados (cf 1 Sam. 15: 22; Ose. 6: 6).

No te agradaron. Ver com. vers. 5. El adorador no sincero creía que Dios se agradaba mucho con sus sacrificios formales, externos.

Para hacer tu voluntad. En el contexto original estas palabras describían obediencia moral a la voluntad de Dios.  El autor de Hebreos las usa para mostrar que el sacrificio de Cristo había cumplido con la voluntad de Dios al proporcionar una expiación aceptable.

 

Cuando Cristo vino para hacer la voluntad de Dios, más específicamente, para ofrecer el sacrificio eficaz.  Afirma que lo antiguo ha caducado, diciendo que Dios no se complacía en los sacrificios ofrecidos según la ley; destaca el establecimiento de lo nuevo, afirmando que Cristo hizo la voluntad de Dios al proporcionar el verdadero sacrificio.  Cf. com. cap.  8: 13.

En esa voluntad. Quizá significa que al cumplirse esa voluntad mediante el perfecto sacrificio de Cristo, somos santificados, o que en esa voluntad que entregó a Jesús como sacrificio por los hombres, está incluida nuestra 476 santificación (cf. 1 Tes. 4: 3).

 

Somos santificados.

O "hemos sido santificados".  El texto griego insinúa el pensamiento de que fuimos santificados y ahora permanecemos en estado de santificación.  La santificación se contempla aquí no desde el aspecto de un proceso continuo (para lo cual, ver com.  Rom. 6: 19), sino en términos de un cambio radical del pecado a la santidad y como una continuación en ese estado.  Este significado se encuentra en otras partes.  Dirigiéndose a los creyentes corintios, Pablo les habla, por ejemplo, como "a los santificados en Cristo Jesús" (ver com. 1 Cor. 1: 2); también les recuerda que "ya" han "sido santificados" (1 Cor. 6: 11).

 

Ofrenda del cuerpo. Aquí se halla la aplicación que le da el autor a la declaración "amas me preparaste cuerpo" (ver com. vers. 5). Cristo tomó un cuerpo humano, cuerpo que fue ofrecido (cf. com. cap. 2: 14); y por medio de la ofrenda de ese cuerpo los hombres obtuvieron la santificación. Jesucristo "nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención (1 Cor. 1: 30).

Una vez para siempre. No era ni es necesario que se repita el sacrificio de Cristo, pues proveyó la verdadera limpieza del pecado (cap. 9: 14).  No fue sólo una "sombra" como lo eran los sacrificios de la "ley".

Se ha sentado.Es decir, completó su tarea (ver com. vers. 11) Diestra de Dios.

 

Perfectos. El sacrificio único de Cristo logró lo que no era posible por los continuos sacrificios de los sacerdotes, pues no podían purificar la conciencia (ver com. cap. 9: 9, 14; 10: 2).  Cuando el pecador acepta por fe los beneficios de ese único sacrificio, es acepto en el Amado, es considerado como perfecto porque Cristo, su sustituto, ocupa su lugar (ver com.  Rom. 5: l; cf.  CC 62).

Para siempre. Gr. eis to dienekés (ver com. vers. 1).  No significa que el hombre una vez que ha sido salvo ya no puede caer de la gracia, pues el autor de Hebreos ya ha negado semejante razonamiento (ver com. cap. 6: 46). El énfasis radica en la eficacia continua del sacrificio único de Cristo (cf. com. cap. 10: 10, 12).

 

Espíritu Santo. El testimonio de las Escrituras se presenta como el testimonio del Espíritu Santo (ver com. 2 Ped. 1: 2l).

Después de haber dicho. En este pasaje se pone énfasis en el perdón de los pecados (vers. 17-18).  El vers. 16 sencillamente sirve de introducción para mostrar que el nuevo pacto es el que proporciona ese glorioso beneficio.

Nunca más me acordaré. Ver com. cap.  8: 12.  Los pecados podían ser olvidados ahora, pues se había ofrecido el supremo sacrificio expiatorio, lo cual no había sucedido bajo el antiguo pacto (ver com. cap. 10: 2).

Así que... teniendo.  Aquí comienza una nueva sección.  El autor resume brevemente sus conclusiones, a saber: que por medio de Jesucristo tenemos acceso directo a Dios, y deduce lecciones prácticas para los cristianos de origen judío.  Esta sección práctica continúa hasta el fin de la epístola.

Hermanos. Ver com. cap. 3: l. Esta es la segunda vez que aparece esta manera familiar de hablar (ver cap. 3:12).

 

Libertad. Gr. parresía, "franqueza", "claridad para hablar", "valor", "confianza", "osadía", "intrepidez".

Para entrar. Bajo el antiguo pacto esto era privilegio exclusivo del sumo sacerdote, y sólo una vez al año (cap. 9: 7, 25).  Ahora cada creyente tiene libre acceso. El Lugar Santísimo. Aquí se emplea nuevamente la frase ta hágia, "los lugares santos", nominación que se aplica al santuario celestial (ver Nota Adicional del cap.

 

Nuevo.Era nuevo en el sentido de que no había existido antes.  El antiguo pacto no tenía ese "camino".  Y también es nuevo porque siempre es original, siempre es eficaz.

Vivo.Cristo vive "siempre para interceder por" nosotros (cap. 7: 25).  El camino nuevo se centra en una persona que vive eternamente. es "el camino, la verdad, y la vida" (Juan 14: 6).  Está en agudo contraste con los sacrificios muertos que se ofrecían bajo el antiguo acto.

Nos abrió. Gr. egkainízó, "inaugurar", "dedicar".  Este camino fue inaugurado por la muerte de Cristo.

 

Pero este "velo" parece usarse aquí con el sentido de algo que oculta la presencia divina.  Esta interpretación parece concordar con el simbolismo del momento de velo del cap. 6: 19, y también con el significado de la rasgadura del velo en el la muerte de Cristo (ver com.  Mat. 27: 51).  Esa rasgadura no sólo significó que el sistema de sacrificios había llegado a su fin, sino también que "había sido preparado para todos un camino nuevo y viviente" (DTG 705).

Esto es, de su carne. "Carne" se refiere a la humanidad de Jesús (cf. cap. 5:7).  El término abarca todo lo que estuvo implicado en el primer advenimiento de Cristo a esta tierra, incluso su muerte expiatorio.

Si "carne" está en aposición con "velo", entonces significa que Cristo hizo posible nuestra entrada en el santuario celestial cuando pasó por la experiencia de la encarnación (vers. 19).

 

Es bueno notar que éste es uno de los varios pasajes donde el autor de Hebreos recalca que, mediante Cristo Jesús, el hombre tiene acceso directo a Dios.  Este parece ser el pensamiento central de todo el mensaje del 478 libro de Hebreos. Debido al sacrifico de Cristo en favor de nosotros, ya no existe un velo entre nosotros y nuestro Dios. Nuestra esperanza "penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor" (cap. 6: 19-20). "No entro Cristo en el santuario hecho de mano..., sino en el cielo mismo para presentarte ahora por nosotros ante Dios" (cap. 9: 24). El autor de Hebreos procura establecer la superioridad del ministerio celestial de nuestro Señor sobre el ministerio celestial de nuestro Señor sobre el ministerio terrenal cumplido por sacerdotes terrenales.

 

Acerquémonos.No es suficiente creer  en Cristo y en su ministerio sacerdotal en los atrios celestiales. El creyente sincero tiene que hacer uso de las facilidades que el cielo ha proporcionado tan bondadosamente y por medio de las cuales puede "alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (ver. com. cap. 4: 16). "Acercarse" equivale a íntima comunión y participación.

Plena certidumbre. Los que se acercan deben hacerlo con una fe firme en el poder de Cristo para limpiar el alma de pecado e impartir gracia para vivir a salvo del pecado. La duda y la incredulidad privan a una persona de la capacidad de valerse a de los méritos redentores de Cristo. La importancia de la fe para una experiencia cristiana viva constituye el tema que va del cap. 10: 38 a 11: 40.

 

Purificados los corazones.

El acto de rociar a las personas y a sus vecinos era antiguamente un símbolo de consagración a un servicio sagrado (cf. Lev. 8: 30; etc.). El pacto antiguo fue ratificado, o confirmado, rociando sangre (Heb. 9: 19.). Asimismo el que se acerca a Cristo aceptará de todo corazón las estipulaciones del nuevo pacto y se consagrará a la nueva forma de vida que proporciona ese pacto.

Mala conciencia. O sea el "viejo hombre" de Rom. 6: 6; Efe. 4: 22; Col. 3: 9. Un corazón nuevo ha reemplazado al viejo,  Predominan la mente y el amor de Cristo (ver com. 2 Cor. 5: 14; Fil. 2: 5).

 

Mantengamos firme.

Cristo  destacan vez tras vez la importancia de la paciencia y la perseverancia (ver Mat. 10: 22; 24: 13; Col. 1: 23; etc.). Hay peligro de que los que han entrado en la nueva vida en Cristo lleguen a cansarse "de hacer bien" (Gál. 6: 9), que dejen de aferrarse de las verdades eternas de la Palabra de Dios. Ver com. Heb. 3: 6.

Sin fluctuar."Fluctuar" es lo opuesto a mantener firme (ver com. Mat. 24: 13; cf. Heb. 4: 14; 10: 35-36). Como resultado de "fluctuar" en Cades-barnea, la generación de israelitas que salió de Egipto no pudo entrar en la tierra prometida. Su fluctuación fue el resultado de la falta de fe (ver com. Heb. 3: 12, 18-19; 11: 1).

 

Dios es fiel en cumplir sus promesas: de liberación de Egipto y de entrar en Canaán, de liberación del poder del pecado y de entrar en las bendiciones del poder del pecado y de entrar en las bendiciones de la salvación en Cristo Jesús. Puesto que Dios es fiel y no fluctúa en el cumplimiento de sus promesas, debemos ser fieles y no "fluctuar" o vacilar en aceptarlas. Se destaca la fidelidad de Cristo como nuestro gran sumo sacerdote en cap. 3: 2, 5-6. 479

El que prometió. El autor está pensando sin duda en las promesas hechas a Abraham y a sus descendientes en cuanto a la tierra de Canaán (ver com. Gén. 15: 18; Heb. 4: 1); pero en su mente predomina la promesa de salvación mediante Jesucristo (cf. Juan 3: 16; ver com. Mat. 1: 21).

 

Buenas obras.

Es decir, el amor en acción, el amor expresado en actos de bondad y de misericordia. Animamos a otros a que sean bondadosos y considerados si nosotros somos considerados y bondadosos. Este ejemplo es irresistible. Ver com. Sant. 1: 27; 2: 18.

No dejando. O "no descuidando". De congregarnos. El autor aquí se refiere a las reuniones de los cristianos con el propósito de rendir culto y para animarse mutuamente se celebraban en los hogares de los creyentes (ver t. VI. p. 48).

Exhortándonos. O "animándonos". Las palabras de exhortación animan a otros a mantenerse firmes y a que su fe permanezca "sin fluctuar" (vers. 23).

 

Porque si, Pecáremos voluntariamente.

La flexión del verbo griego que se usa indica continuar pecando voluntariamente. "Si continuamos pecando deliberadamente" (BA). Como es evidente en el contexto (ver vers. 29), no se está haciendo referencia a hechos pecaminosos aislados, cometidos con pleno conocimiento de  carácter, sino a la actitud mental que prevalece cuando una persona deliberadamente renuncia a Cristo rechaza la salvación y desprecia al Espíritu Santo.  Este es un pecado deliberado, persistente, es una reversión voluntaria de la decisión anterior de aceptar la salvación en Cristo y de entregarle el corazón y la vida, una apostasía premeditada que conduce al pecado imperdonable (ver com.  Mat. 12: 31-32)

 

No queda más sacrificio.La ley mosaica dictaminaba pena de muerte - (ver com. vers. 28) como lo fueron Nadab y Abiú (Lev. 10: 1-5), Coré, Datán y Abiram y sus  seguidores (Núm. 16: 1-35).  El Señor no hubiera aceptado sacrificios por o a favor de esas personas pues los sacrificios sólo tenían valor si representaban corazones arrepentidos.

Horrenda expectación. "Una terrible expectación".

Juicio. Gr. krísis, "juicio", con el sentido de la ejecución de la sentencia, en este caso la sentencia final, como es evidente por la expresión adicional "hervor de fuego" (ver com.  Hech. 17: 3l; Heb. 9: 27).

Ley de Moisés. Se hace referencia a todo el código legal promulgado por Moisés bajo la dirección divina, particularmente como se registra en el libro de Deuteronomio (cap. 31: 24-26). De dos o de tres testigos.

 

Literalmente "común".  El que rechaza el amor de Dios no aprecia el valor supremo de ese don.  Su proceder está en agudo contraste con el del mercader de buenas perlas (ver Mat. 13: 45-46)

Espíritu de gracia.El Espíritu es el instrumento mediante el cual la gracia de Cristo es aplicada a cada pecador arrepentido.

Yo daré el pago. El Señor "pagará a cada uno conforme a sus obras (Rom. 2: 5-10; cf.  Apoc. 22: 12)

No perdáis. Como evidentemente le sucedía a algunos (ver. 25).  "No perder" equivale a "mantenerse firme" (vers. 23).  Ver com.  Mat. 24: 13; Heb. 3: 14.

Confianza. Gr. parresía (ver com. cap. 3: 6).

 

Galardón. El "galardón" de la fidelidad es la vida eterna (ver com.  Rom. 2: 6-7).

Un poquito. El griego denota poquísimo tiempo; "un poquito, tantico, tantico" (BC).  Ver Nota Adicional de Rom. 13.

El que ha de venir. O Aquel que ha prometido volver (Juan 14: 1-3).  Cf. Luc. 21: 27; Sant. 5: 8.

"El justo" debe vivir "por fe" No agradará. Los que "retroceden" en el camino de la fe nunca podrán esperar oír las palabras: "Bien, buen siervo y fiel;... entra en el gozo de tu señor" (Mat. 25: 21).

 

En la Biblia repetidas veces se hace referencia al gran plan que Dios ideó para la salvación de los seres humanos, plan que tiene como centro y fundamento ¿El sacrificio de nuestro Señor en el Calvario y su ministerio en el cielo por nosotros.  Cuando Dios llamó a un pueblo escogido como suyo, una de sus primeras revelaciones a ese pueblo fue acerca del plan de salvación.  Dios instruyó a Moisés  para que le construyera un santuario a fin de poder habitar "en medio de ellos" (ver com.  Exo. 25: 8).

 

Comentario bíblico adventistas.

!Bendiciones Abundantes!

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