Leccion de Escuela Sabatica

23.04.2015 09:20

“El bautismo y las tentaciones”

 

 

 

Lee Para el Estudio de esta Semana: Lucas 3:1-14; Romanos 6:1-6; Lucas 3:21, 22; 4:5-8; Isaías 14:13, 14; Lucas 4:9-13.

Para Memorizar: “Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Luc. 3:22).

 

Como ya vimos, Lucas proporciona una lista de personajes históricos para ayudarnos a ver que su informe de Jesús y de Juan tan es real e histórico como estos poderosos personajes históricos.

 

Pero, hay otra razón importante para mencionar a estos hombres de poder e influencia: contrastarlos con el hombre humilde del desierto, Juan el Bautista, el mensajero elegido por Dios que iba a “preparar el camino” para el evento más importante de toda la historia humana: la venida de Jesús, el Redentor. Es muy interesante que Dios no eligiera a alguno de los “grandes” hombres para anunciar al Mesías, sino a uno de los “más bajos”.

 

Los eruditos reúnen todas estas personalidades históricas y dan una fecha próxima a 27 o 28 d.C. para el comienzo del ministerio de Juan el Bautista y Jesús. Dentro de este marco histórico, Jesús fue bautizado y recibió la confirmación del Cielo de que él era el “Hijo amado” de Dios (Luc. 3:22). Lucas establece este hecho al mismo comienzo, antes de presentar a sus lectores su “informe ordenado” de la misión y el ministerio de Jesucristo.

 

El arrepentimiento no es solo un concepto teórico. Es una manera de vivir. La palabra viene del griego metanóia, que significa un cambio de mentalidad, lo que conduce a una vida nueva.
“Bautizar” significa sumergir completamente en agua. La inmersión es un simbolismo profundo. Aun antes del tiempo de Juan, los judíos daban un significado especial al bautismo por inmersión. Era una práctica común cuando los prosélitos gentiles elegían unirse a la fe judía.

No sólo de pan”

 

“Y Jesús, lleno del Espíritu Santo… fue llevado por el Espíritu al desierto, por cuarenta días, y era tentado por el diablo” (Luc. 4:1, 2). Nacido para una misión ordenada por Dios, comisionado para la tarea en ocasión de su bautismo, equipado con el poder del Espíritu Santo, Jesús el Cristo se retiró al desierto para contemplar la tarea que tenía por delante.

La tentación en el desierto fue una batalla importante entre Cristo y Satanás en la gran controversia, trabada desde la rebelión de Lucifer en el cielo. En el desierto, cuando el Salvador estaba debilitado por haber pasado los cuarenta días sin comer y el camino por delante parecía sombrío y fatigoso, Satanás asumió el comando de su ataque contra Jesús. “Satanás vio que debía vencer o ser vencido. Los resultados del conflicto significaban demasiado para ser confiados a sus ángeles confederados. Debía dirigir personalmente ” (DTG 91).

“Si me adorares”

 

Lee Lucas 4:5 al 8. ¿Por qué Satanás quería que Jesús lo adorara? ¿Qué tema vital estaba en juego aquí?

Satanás estaba tratando de desviar la perspectiva de Cristo de su prioridad divina y de atraerlo con la pompa y la gloria, por un precio no más alto que una inclinación. Estaba tratando aquí, otra vez, de conseguir la autoridad y la adoración que no pudo obtener en el cielo.

Aquí otra vez la Palabra de Dios viene en su ayuda. ¿No dijo la Inspiración, mediante Moisés: “Oye Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios… A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás” (Deut. 6:4, 5, 13)? 

 

Cristo el vencedor.

 

Lee Lucas 4:9 al 13 y Mateo 4:5 al 7. En las primeras dos tentaciones, Jesús usó la Escritura para vencer la incitación de Satanás. Ahora, en la tercera, Satanás cita la Escritura para probar si Jesús realmente toma en serio la Palabra de Dios. ¿Qué ocurre allí, y cómo responde Jesús?

 

“Si eres Hijo de Dios” es otra vez la introducción. Observa lo que dice Satanás: Si Dios es realmente tu Padre, y si verdaderamente él planeó tu misión, arrójate desde el pináculo, y asegúrate de una vez por todas. Seguramente, si eso es cierto, Dios no dejará que te lastimes. Luego cita la Escritura: “A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden” (Luc. 4:10).

 

Satanás conoce las Escrituras, pero las interpreta mal. Su táctica es llevar a Jesús a poner a Dios a prueba. Dios realmente prometió la protección de sus ángeles, pero solo en el contexto de hacer su voluntad, como fue el caso de Daniel y sus compañeros.

 

1.                 La tentación, en sí misma, no es pecado. En el sentido bíblico, la tentación tiene el potencial de afirmar la posibilidad de la santidad. Ser tentado es una cosa; caer en pecado, otra. Al mismo tiempo, ¿cuál es nuestra responsabilidad acerca de hacer todo lo que podamos aun para evitar la tentación?

2.                

 Los filósofos y los teólogos a menudo hablan acerca de lo que llaman la “metanarración”, un tema grande dentro del cual ocurren las otras historias. Para decirlo de otro modo, una metanarración es el trasfondo, el contexto, el marco en el que se desarrollan las otras historias y eventos. Como adventistas, vemos la gran controversia como la “metanarración” o trasfondo para lo que está ocurriendo, no solo aquí sobre la tierra, sino también en el cielo. ¿Qué textos en la Biblia nos muestran la realidad de la gran controversia y cómo ayudan a explicar lo que está ocurriendo en el mundo?

 

https://escuelasabatica.co/leccion-2-edicion-alumnos-el-bautismo-y-las-tentaciones-para-el-11-de-abril-de-2015/

¡Bendiciones Abundantes!

 

 

 

 

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