Leccion de Escuela Sabatica.

28.05.2015 08:50

“Jesús, el Espíritu Santo y la oración”

Lección 7:  –  

 

 

Texto Clave: Lucas 11:9-11.

 

 Debemos perseverar en la oración con tenacidad, pero confiando en la bondad del Padre. El fin de la enseñanza de Jesús al respecto no es un anti-clímax Jesús muestra a través de una parábola cuán importantes son la confianza y la tenacidad en la oración. 

 

Jesús hizo todo lo posible para anunciar la llegada de su reino. Sin embargo, necesitaba más obreros  Estos pregoneros anunciaron la llegada del reino a través de su Mesías, Jesucristo.. 

 

Saber que en la vida de Jesús y en su ministerio, él permaneció cerca del Espíritu Santo y llevó una vida de oración modelo.

Sentir cuán dependientes son del Espíritu Santo, y de la oración, al andar por el camino cristiano.

Hacer: Buscar la conducción del Espíritu, y “orar sin cesar”.

    1. ¿Cómo consideró Jesús al Espíritu Santo? ¿Cuán necesario fue para él, al ser divino, depender tanto de la conducción del Espíritu?
    2. ¿Qué función desempeñó la oración en el ministerio de Jesús?
    3. ¿Qué enseñó Jesús con respecto a la oración?
      1. ¿Por qué la oración es importante en nuestras vidas? ¿Qué revela esto acerca de nuestra conexión con Dios?
      2. ¿Qué podemos aprender de la vida de oración de Jesús? ¿Cómo nos capacita la oración para pelear las batallas de la vida?¿Qué seguridad tenemos de tener una vida controlada por el Espíritu?¿Qué significa “orad sin cesar”, y cómo manifestamos este principio en nuestra vida?

La fe y la vida cristianas nacen y se alimentan por el Espíritu Santo, y es esencial que esta vida sea sostenida por medio de un vínculo incesante de oración de alabanza, gratitud, intercesión y dependencia de Dios.

Texto destacado: Lucas 3:16; 4:1; 6:12, 13; 22:39-46.

Concepto clave para el crecimiento espiritual: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios… Pues… habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8 14, 15). Así como el Espíritu Santo y la oración desempeñaron un papel clave en la vida terrenal de Jesús –desde la concepción a las tentaciones en el desierto, desde el Getsemaní hasta la cruz− también debería suceder con nosotros. Un caminar con el Espíritu Santo y una cercanía a él, con una fe inconmovible en el poder de la oración, pueden asegurarnos crecimiento y desarrollo espirituales, y finalmente la recompensa.

La estrecha relación de Jesús con el Espíritu Santo nos da el secreto de una vida exitosa de fe. Y esta vida puede ser mantenida, desarrollada y santificada por la gloria de Dios si seguimos lo que hizo Jesús: tener un vínculo permanente con Dios mediante la oración. Jesús vivió una vida victoriosa por medio de este vínculo con el Espíritu y mediante su dependencia de su Padre por medio de la oración. También podemos lograrlo nosotros.

Jesús es la Segunda Persona de la Deidad. Él es Dios, Como joven, era plenamente consciente de esto. ¿Por qué, entonces, le fue necesario esperar hasta el descenso del Espíritu Santo, en ocasión de su bautismo, antes de que pudiera comenzar su ministerio? ¿Por qué fue necesario que Cristo buscara la voluntad de Dios mediante la oración durante todo su ministerio y aun hasta sus días finales?

 “La oración de Cristo [en su bautismo] en favor de la humanidad perdida se abrió camino a través de todas las sombras que Satanás había proyectado entre el hombre y Dios, y dejó un claro canal de comunicaciones hasta el mismo trono de la gloria. Las puertas fueron dejadas entreabiertas, los cielos fueron abiertos y el Espíritu de Dios –en forma de una paloma− circundó la cabeza de Cristo y se oyó la voz de Dios que decía: ‘Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia’”.− La oración y el Espíritu Santo fueron la fuente de la fortaleza de Cristo al luchar contra cada obstáculo que Satanás puso en su camino. Al estudiar esta lección, concentra a la clase en Jesús y el Espíritu, en Jesús y su vida de oración, y en Jesús y nuestra vida de oración.

 Luc. 4:14-18.)

La proximidad de Cristo con el Espíritu en el desierto nos enseña dos verdades importantes: las tres Personas de la Deidad están conectadas por un lazo eterno en relación con la derrota de Satanás y la salvación de la humanidad. Segundo, la vida humana misma puede ser victoriosa y dedicada a Dios sólo si conocemos, obedecemos y practicamos la Palabra de Dios inspirados por el Espíritu. .

Además, el vínculo entre Cristo y el Espíritu resultó claro en Nazaret, donde Cristo afirmó: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Luc. 4:18). Esta predicación involucraba la trasmisión del evangelio en todas sus dimensiones: redención del pecado, curación , restauración de los quebrantados, proclamación de la libertad a los , apertura de los ojos de los ciegos, y resurrección de los muertos (Luc. 4:18, 33-35; 8:29, 51-56).

II. Jesús y su vida de oración

 Luc. 3:21 y 22:39-46.)
El primer acto de Jesús después de su bautismo fue estar solo en oración y comunión con su Padre. Necesitaba tiempo para considerar el sendero que lo esperaba. Podía ver la cruz a la distancia, pero esa distancia no debía disminuir su visión ni arruinar el propósito por el que había venido. Así, por 40 días permitió que su alma luchase, se estabilizara, y se fortaleciera. Un alma en comunión con Dios es un desafío .

 Como humano, Jesús usó el poder de la oración para mantenerse conectado con la Fuente de energía del cielo De este modo, antes de la elección de los Doce, la transfiguración, la batalla en el Getsemaní, o la muerte en la cruz (Luc. 6:12, 13; 9:28-36; 22:39-46; 23:46), Jesús se volvió a la oración para tener fuerzas, dirección y conducción de su Padre. “Como hombre, suplicaba al trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba de una corriente celestial que conectaba a la humanidad con la divinidad. Por medio de la comunión continua, recibía vida de Dios a fin de impartirla al mundo” (DTG 330).

La oración modelo (Luc. 11:1-4): El Padrenuestro reconoce la centralidad de Dios. Una oración debe comenzar allí; de otro modo, deja de serlo. La oración también toma nota de nosotros: somos el otro extremo de la cadena vinculante de la oración. Por un lado, reconocemos la supremacía de Dios, la prioridad de su reino, y la perpetuidad de su voluntad. Por el otro, rogamos por nuestro sustento, por poder para vencer las vueltas de la vida, y para vivir más allá de lo desconocido y no probado. Nuestro pasado, presente y futuro están bajo la vigilancia y la promesa de un Dios que nunca falla.

  1. ¿Por qué Lucas comienza el libro de los Hechos repitiendo la promesa del Espíritu Santo (Hech. 1:7, 8) que hizo Jesús, y luego el cumplimiento de la promesa en Pentecostés mientras los apóstoles estaban continuamente en oración (Hech. 2)?
  2. ¿Cómo se combinan el Espíritu y la oración para lanzar el mayor movimiento sobre la tierra: la iglesia de nuestro Dios eterno? ¿Qué logro maravilloso es posible y necesario hoy?

!Bendiciones Abundnates!

 

https://escuelasabatica.co/leccion-7-edicion-maestros-jesus-el-espiritu-santo-y-la-oracion-para-el-16-de-mayo-de-2015/

 

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