Set y Enoc

03.08.2015 14:53

 

Set y Enoc

 

ADÁN tuvo otro hijo que debía ser el heredero de la promesa divina, el heredero de la primogenitura espiritual.  El nombre dado a este hijo, Set, significa "señalado" o "compensación;" pues, dijo la madre: "Dios me ha sustituido otra simiente en lugar de Abel, a quien mató Caín." (Gén. 4: 25.)

 

"Y a Seth también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a llamarse del nombre de Jehová." (Gén. 4: 26.) Los fieles habían adorado a Dios antes; pero a medida que aumentaba el número de los seres humanos, se hacía más visible la distinción entre las dos clases en que se dividían.  Había franca lealtad hacia Dios de parte de una clase, así  desobediencia de parte de la otra.

 

Adán vivió casi mil años entre los hombres, como testigo de los resultados del pecado.    Se le había ordenado instruir a su descendencia en el camino del Señor; y cuidadosamente atesoró lo que Dios le había revelado, y lo repetía a las generaciones que se sucedían. A sus hijos y a sus nietos hasta la novena generación, pudo describir Adán el estado santo y feliz del hombre en el paraíso, y repitiéndoles la historia de su caída, les refirió los sufrimientos mediante los cuales Dios le había enseñado la necesidad de adherirse estrictamente a su ley de amor y les explicó las misericordiosas medidas tomadas para su salvación.

 

   Los hombres tuvieron oportunidad de alcanzar un alto desarrollo moral e intelectual.  Poseían gran fuerza física y mental, y sus ventajas para adquirir conocimientos religiosos y científicos eran incomparables.

 

Las ventajas que gozaron los hombres de aquellos tiempos para obtener un conocimiento de Dios por el estudio de su obra, no han sido igualadas desde entonces.  Lejos de ser una era de tinieblas religiosas, fue una edad de grandes luces.  .

 

Principio: Dios delego la administración de la tierra al ser humano.

 la existencia del Edén mientras estaba a la vista, con su entrada vedada por los Angeles custodios.  El orden de la creación, el objeto del huerto, la historia de sus dos árboles tan estrechamente ligados al destino del hombre, eran hechos indiscutibles; y la existencia y suprema autoridad de Dios, la vigencia de su ley de la libertad , eran verdades que nadie pudo poner en tela de juicio mientras Adán vivía.

 

Las Escrituras dicen que Enoc tuvo un hijo a los sesenta y cinco años.  Después anduvo con Dios durante trescientos años.  En la primera parte de su vida, Enoc había amado y temido a Dios y guardado sus mandamientos.  Pertenecía al santo linaje, a los depositarios de la verdadera fe, a los progenitores de la simiente prometida.  De labios de Adán había aprendido la triste historia de la caída y las gozosas nuevas de la gracia de Dios contenidas en la promesa; y confiaba en el Redentor que vendría.

 

Pero después del nacimiento de su primer hijo, Enoc alcanzó una experiencia más elevada, fue atraído a más íntima relación con Dios.  Comprendió más cabalmente sus propias obligaciones y responsabilidades como hijo de Dios. 

El andar de Enoc con Dios no era en arrobamiento o en visión, sino en el cumplimiento de los deberes de su vida diaria.  No se aisló de la gente convirtiéndose en ermitaño, pues tenía una obra que hacer para Dios en el mundo.

Su corazón estaba en armonía con la voluntad de Dios; pues "¿andarán dos juntos, si no estuvieron de concierto?" (Amós 3:3.) Y este santo andar continuó durante trescientos años.

 

Enoc poseía una mente poderosa, bien cultivada, y profundos conocimientos.  Dios le había honrado con revelaciones especiales; sin embargo, por el hecho de que estaba en continua comunión con el cielo, y reconocía constantemente la grandeza y perfección divinas,  Cuanto más intima era su unión con Dios, tanto más profundo era el sentido de su propia debilidad e imperfección.

 

  Mientras predicaba el amor de Dios en Cristo a la gente de aquel entonces, y les rogaba que abandonaran sus malos caminos, reprobaba la desobediencia y amonestaba a los hombres de su generación.  El Espíritu de Cristo habló por medio de Enoc, y se manifestaba no sólo en expresiones de amor, compasión y súplica; pues los santos hombres no hablan sólo palabras halagadoras, Dios pone en el corazón y en los labios de sus mensajeros las verdades que han de expresar a la gente, verdades agudas y cortantes como una espada de dos filos.

 

En medio de una vida de activa labor, Enoc mantenía fielmente su comunión con Dios.  fervorosas eran sus oraciones.  Seguía apartándose, durante ciertos lapsos, de todo trato humano.  Después de permanecer algún tiempo entre la gente, trabajando para beneficiarla mediante la instrucción y el ejemplo, se retiraba con el fin de estar solo, para satisfacer su sed y hambre de aquella divina sabiduría que sólo Dios puede dar.  Manteniéndose así en comunión con Dios; Enoc llegó a reflejar más y más la imagen divina.

 

"Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, ... y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios." (Vers. 5. Enoc pasó su vida en tan íntima comunión con Dios, que no se le permitió caer bajo el poder de la muerte. 

 

 

Patriarcas y Profetas  cap 6

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