HAGAMOS UN PASTEL!
Hagamos un pastel de pura, pura leche y miel. Te paso la receta, toma lápiz y papel, pero te digo, aunque es rico no es fácil de hacer.
1) No pidas paciencia eso te lleva a prueba, porque la paciencia es producto de tribulación, esa es la escuela.
2) Creele a Dios, porque si dudas de Él cortarás la bendición.
3) Con una pisca de fe, moverás montañas.
4) Después de entenderlo, revolverlo todo bien mezclándolo en amor, probarlo un poquito, quizás te parezca amargo, pero el azúcar del amor lo va a ir endulzando; está en ti agregarle la medida de amor que le va haciendo falta, hasta tenerlo a punto, la fuerza lo levanta.
5) Ponerlo en el horno y al sacarlo tendrás un rico pastel de leche y miel, fortalecido en la fe, lleno de amor y con mucha bendición.... hay que ricos los pasteles de Dios.
Que Dios te bendiga, es una dulce manera de ver las cosas y querer compartir contigo como me deleito en Dios.