La Torre.

 

 

Génesis  11

 

 

Cuenta el relato de Una sola lengua  literalmente "un labio y una clase de palabras", lo que indica no sólo un idioma que entendían todos sino también la ausencia de diferencias dialectales.  Todos los hombres tenían la misma pronunciación y el mismo vocabulario.  La unidad de idioma va junto con la unidad de origen; además, un idioma común es un poderoso estímulo que promueve la unidad de pensamiento y acción.  Las investigaciones modernas en el campo de la gramática comparativa han demostrado concluyentemente que todos los idiomas conocidos se relacionan y que proceden de un idioma original común. 

 

Hallaron una llanura. Es decir, una amplia pampa o extensión de tierra sin montañas.  En la antigüedad, la llanura de la Mesopotamia meridional, con frecuencia llamada "Sinar" en la Biblia (ver com. de cap. 10: 10), era una región bien regada y fértil.

 

El plan original de Dios era que los hombres se esparcieran por la superficie de la tierra y la cultivaran (cap. 1: 28).  La edificación de ciudades representaba una oposición a ese plan.

 

Hagámonos un nombre. La torre de Babel , tenía el propósito de llegar a ser un monumento a la sabiduría superior y a la habilidad de sus edificadores.  De acuerdo con el propósito divino, los hombres deberían haber preservado la unidad por medio del vínculo de la religión verdadera. 

Dios no quería destruir  la humanidad.

 

La multiplicidad de idiomas, aunque constituiría un obstáculo para los proyectos humanos de cooperación política y económica, no lo sería para el triunfo de la causa de Dios. El don de lenguas en Pentecostés había de ser un medio para superar esta dificultad (Hech. 2: 5-12).  Las diferencias nacionales no impiden ni la unidad de la fe ni de la acción de parte de los hijos de Dios, ni tampoco el progreso de los propósitos eternos del Altísimo.  La Palabra de Dios está al alcance de los hombres en su propio idioma y los hermanos en la fe; aunque separados por diferencias raciales y lingüísticas, sin embargo están unidos en su Bondad a Jesús y en su consagración a la verdad.  La hermandad de la fe los une más firmemente de lo que podría unirlos la posesión de un idioma común.  El mundo ha de ver en la unidad de la iglesia una evidencia convincente de la pureza y del poder de su mensaje (ver Juan 17: 21).

 

Lo que los hombres no habían estado dispuestos a hacer voluntariamente y en condiciones favorables, se vieron ahora obligados a hacer debido a la necesidadel no poder entenderse el uno el idioma del otro los llevó a incomprensiones y divisiones.  Los que podían entenderse entre sí formaron pequeñas comunidades.  Este versículo indica que los edificadores  fueron esparcidos ampliamente.  Los descubrimientos arqueológicos señalan el valle de la Mesopotamia como la primera región que desarrolló una civilización diferente.  Civilizaciones similares pronto surgieron en  Palestina, Siria, Anatolia, la India, la China y en el resto del mundo.  Todas las evidencias disponibles confirman las escuetas palabras de las Sagradas Escrituras: "Los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra".

 

Las generaciones de Sem. Este es el encabezamiento acostumbrado para una genealogía (ver caps. 5: 1; 6: 9; 10: 1; etc.). Moisés ahora se ocupa del linaje de  Sem  cap. 10; presentan la genealogía del linaje patriarcal desde  Sem hasta Abrahán.  El cap. 10 presenta la relación  racial de las diversas tribus y naciones y su origen común desde Noé, al paso que el pasaje del cap. 11: 10-26 presenta el origen exacto del pueblo de Dios  a través de las muchas generaciones que transcurrieron.  Esta es una continuación de la lista de las generaciones desde Adán hasta Noé tal como se presenta en el cap. 5. Los primeros cuatro descendientes de Sem, ya enumerados en la parte semítica del cuadro de las naciones, son repetidos aquí para mostrar el origen directo de los hijos de Taré a través de Peleg.

 

Antes del diluvio, la edad promedio de los padres cuando nació su primogénito había sido de 117 años (la menor 65, la mayor 187 años); pero después del diluvio disminuyó a 30-35 años, aunque Taré y Abrahán engendraron hijos a una edad excepcionalmente avanzada.

 

La misma disminución se advierte en la edad total de los seres humanos después del diluvio.  Aunque Noé mismo alcanzó la edad antediluviano de 950 años, la edad de Sem fue sólo de 600 y la de su hijo Arfaxad nada más que 438 años.  En las generaciones sucesivas continuó el proceso, de modo que Nacor, el abuelo de Abrahán, vivió sólo 148 años.  La gran disminución de la vida después del diluvio pudo haberse debido parcialmente a cambios climáticos.  Más importante todavía fue el cambio en el régimen alimentario, del vegetarianismo a otro régimen   (PP 98; CRA 467).  Con cada generación sucesiva, la raza humana fue perdiendo más y más la herencia de vigor físico de Adán y, posiblemente el efecto vigorizante del fruto del árbol de la vida.

 

Abram. "Padre de elevación" o "padre exaltado", para destacar su puesto de honor como progenitor del pueblo escogido de Dios.  Su nombre fue más tarde cambiado por Dios a Abrahán (cap. 17: 5). Abram y su posteridad permanecieron por siglos como el receptáculo del favor especial de Dios y el canal de la bendición celestial para el mundo.

 

 

 

Comentario bíblico adventista tomo 1

 

 

 

!Bendiciones Abundantes.!