!Cristo el Cordero!.
Y SERÁ llamado su nombre Emmanuel; . . . Dios con nosotros."* "La luz
del conocimiento de la gloria de Dios," se ve "en el rostro de
Jesucristo." Desde los días de la eternidad, el Señor Jesucristo era uno
con el Padre; era "la imagen de Dios," la imagen de su grandeza y
majestad, "el resplandor de su gloria." Vino a nuestro mundo para
manifestar esta gloria.
" Por lo tanto, fue profetizado de él: "Y será llamado su nombre Emmanuel."
Al venir a morar con nosotros, Jesús iba a revelar a Dios tanto a los
hombres como a los ángeles. El era la Palabra de Dios: el pensamiento de
Dios hecho audible..
Nuestro pequeño mundo es un libro de texto para el universo. El maravilloso y misericordioso propósito de Dios, el misterio de la misericordia divina , es el tema en el cual "desean mirar los ángeles," y será su estudio a través de los siglos sin fin.
Al principio, Dios se revelaba en todas las obras de la creación. Fue
Cristo quien extendió los cielos y echó los cimientos de la tierra. Fue
su mano la que colgó los mundos en el espacio, y modeló las flores
del campo. El "asienta las montañas con su fortaleza," "suyo es el mar,
pues que él lo hizo."* Fue él quien llenó la tierra de hermosura y el
aire con cantos. Y sobre todas las cosas de la tierra, del aire y el
cielo.
No hay siquiera una hoja del bosque, ni una humilde brizna de hierba que no tenga su utilidad. Cada árbol, arbusto y hoja emite ese elemento de vida, Las flores exhalan fragancia y ostentan su belleza para beneficio del mundo. El sol derrama su luz para alegrar mil mundos. El océano, origen de todos nuestros manantiales y fuentes, recibe las corrientes de todas las tierras, pero recibe para dar. Los ángeles de gloria hallan su gozo en dar.
La nación judía había sido conservada como testigo de que Cristo había de nacer de la simiente de Abrahán y del linaje de David; y sin embargo, no sabía que su venida se acercaba, y el Hijo de David debía nacer en la ciudad de David. De Belén, había dicho el profeta, "saldrá el que será Señor en Israel; cuya procedencia es.
En el llamamiento dirigido a Abrahán, el Señor había dicho: "Bendecirte
he, . . . y serás bendición, . . . y serán benditas en ti todas las
familias de la tierra."
Deseado de todas las gentes Cap1 ,Dios con nosotros.