En el Valle.

28.07.2015 13:59

Joel 3

 

 

Joel" significa "Jehová es Dios" o "el Señor es Dios" .Joel era el "hijo de Petuel" (1:1), lo que significa: "la visión de Dios"

La época del libro se sitúa alrededor de entre el 835 y el 825 a.C. Antes y después, además, de forma contemporánea a Joel encontramos a Elías y a Eliseo, profetas a Israel. Al mismo tiempo de Abdías, profeta a las naciones.

En esta época fueron reyes de Judá: Asa, Jorám, Joás reinando y el sacerdote Joiada en el ministerio, en tiempo del ministerio de Joel, Josafat y Atalía, 2Reyes 2-13. Y reyes de Israel: Baasa, Jehu reinando en tiempo del ministerio de Joel, el otro Joás, el de Israel, Acab, y Omri. En el imperio Asirio reinaban en ese tiempo Salmansar III, a quien sucedió Shamshiadad V, también mientras ministraba Joel.

 

Joel, el profeta que anunció el "Día de Yavé"
Es muy poco lo que sabemos de Joel, parece que sus oráculos hay que situarlos en la época de crisis del Reino de Judá después del exilio (400 años antes de Cristo). El profeta comienza su breve libro anunciando el juicio de Dios y la invasión de un ejército poderoso y terrible.

 

La promesa de salvación
Joel anuncia luego de esto, que el Señor se acordará de su pueblo y lo perdonará.
Dios es compasivo y no abandona a Israel. Promete entonces una era de prosperidad que hará olvidar la miseria vivida anteriormente (Joel 2,18-26).

 

La segunda promesa que el profeta realiza es muy importante, porque habla del Espíritu Santo. Su promesa es citada en el Nuevo Testamento, porque los primeros cristianos vieron el cumplimiento de esta profecía en el día de Pentecostés en Jerusalén (año 30 d.C.) cuando tiene lugar la primera predicación pública de los discípulos de Cristo luego de la Resurrección de Jesús (He 2,15-41).
 

He aquí la promesa: "Yo derramaré mi Espíritu sobre cualquier mortal. Tus hijos e hijas profetizarán, los ancianos tendrán sueños, y los jóvenes visiones. Hasta sobre los siervos y siervas, derramaré mi Espíritu en aquellos días. Dejaré ver señales en el cielo y en la tierra, habrá sangre, fuego y nubes de humo.

 

El Espíritu Santo provocará una renovación interior en los israelitas, pero no sólo en ellos, sino en todo hombre y mujer de este mundo. La salvación no se limitará al Pueblo elegido sino a todos los seres humanos.

 

El protagonista del evento del derramamiento del Espíritu Santo es Él mismo. Como dice Justo González[12], la historia que Lucas narra y que conocemos como los “Hechos de los Apóstoles” realmente son los Hechos del Espíritu Santo, por medio de los apóstoles, y así será en la Iglesia hasta este día .

 

Por eso Joel recomienda a Israel dos actitudes que son esenciales para poder sobrevivir y ser ciudadanos del mundo definitivo: humildad y espíritu de conversión.
Humildad para reconocer que no podemos comprenderlo todo, y espíritu de conversión para volver al Señor que es la única razón para tener esperanza.  ponemos nuestra esperanza  en el Señor.

 

El versículo catorce del capítulo tres nos habla del valle de la decisión, mientras en los demás versículos nos habla del valle de Josafat. Si entendemos que hablamos del mismo valle, éste versículo nos aclara lo que acontece en él, al llamarlo de la decisión. Encontramos la escena en otros profetas como Isaías 23:1-28; o en Ezequiel 26:1-28; en Amos 1:9-10; en Zacarías 9:1-4 y también en el Nuevo Testamento, en Mateo 11:21-22; en Lucas 10:13-14.La decisión es la que hay que tomar ante el llamado del Evangelio.

 

(12)González, Justo L. Historia del Cristianismo. Tomo I. Miami. EE.UU. Unilit. 1994. Pág. 22,Carlos Padilla, Junio 2013.

 

Comentario biblico adventista.

 

!Bendiciones Abundantes!

 

 

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