La obra del Espíritu no se ve.

07.03.2016 14:31

Juan 3

 

Nicodemo.

[Conversación con Nicodemo, Juan 3: 1-21.  Ver mapa p. 207; diagrama p. 220.] Nombre griego que significa "vencedor del pueblo". En los días del NT muchos judíos habían adoptado nombres griegos. Los discípulos Andrés, Felipe, Dídimo y Alfeo tenían nombres tales.

 

Discipulado : Jn3:1, 3:2, 7:13, 12:42,19:38

 

La entrevista con Nicodemo ilustra la declaración del cap. 2: 25, que Jesús "sabía lo que había en el hombre" (ver com. cap. 3: 3).  Reconoció en este dirigente a un sincero buscador de la verdad, uno a quien podía "fiar", o confiar, un conocimiento más claro y más completo de su misión que a la mayoría de los hombres (cap. 2: 24).

 

 Nicodemo era una notable excepción del principio general presentado en cap. 2: 24-25. De esa manera, en el mismo comienzo de su ministerio público, Jesús ganó un amigo cuya influencia providencialmente aliviano la misión de Cristo (ver cap. 7: 50-51; cf. cap. 19: 39; DTG 147, 424).

 

Vino a Jesús. Esta visita se realizó en el monte de los Olivos (DTG 140; cf. pp. 636-637), quizá no mucho después de la primera limpieza del templo, registrada en el cap. 2: 13-17. Nicodemo había presenciado ese hecho dramático (DTG 140), y, sin duda, había oído a Jesús y había presenciado algunos de sus milagros (cap. 2: 23).

 

Nicodemo era cauteloso por naturaleza, y no se manifestó abiertamente como seguidor del humilde nazareno hasta después de la crucifixión (Juan 19: 39; cf.  DTG 148).  La semilla sembrada en esta ocasión cayó en terreno fértil y finalmente produjo una abundante cosecha.

 

Como maestro. Gr. didáskalos (ver com. cap. 1: 38), un título de respeto. Nicodemo mismo era "maestro [didáskalos] " (cap. 3: 10), y, sin embargo, estaba dispuesto a aceptar como su igual a Jesús- quien no tenía educación académica ni permiso oficial para enseñar-.  La única explicación de esta visita es que comprendía en su corazón que Jesús era más que simplemente un maestro.  Sin embargo, al principio su orgullo le impidió que revelara sus pensamientos más íntimos de que Jesús podía ser el Mesías.

 

Tu haces. El pronombre personal "tú" es enfático.  Los milagros de Jesús eran diferentes de los de otros hombres; demostraban ser genuinos.

Si no está Dios con él. Los milagros demostraban aprobación divina y reconocimiento divino. Nicodemo fue llevado por la evidencia hasta sus conclusiones lógicas.

 

De acuerdo con la teología , el haber nacido como hijo de Abrahán era casi una garantía de admisión en el reino celestial (cap. 8: 33).  Pero a fin de ser salvos, los que no eran judíos espirituales  debían convertirse en hijos de Abrahán por adopción. No le habría sorprendido a Nicodemo oír que Jesús afirmara que los que no eran judíos debían nacer "de nuevo" a fin de "ver el reino de Dios", pero la idea de que él,  respetable , estuviera fuera del círculo de la salvación, era un pensamiento nuevo e inquietante.

 

La conversión y el nacimiento son semejantes en que ambos señalan el comienzo de una nueva vida (ver com.  Juan 1: 13; Rom. 6: 3-6; 2 Cor. 5: 17; cf.  Efe. 4: 22. 24; Col. 3: 9-11).

El Reino de Dios. Jesús aquí se refiere en primer lugar a su Reino espiritual, el Reino de la Gracia divina (ver com.  Mat. 4: 17; 5: 2)

 

¿Puede acaso entrar?

Nicodemo sabía que Jesús no hablaba de volver a nacer físicamente, y su respuesta no implica que en realidad pensaba así. Tan sólo reconocía la imposibilidad. Pero la otra conclusión le pareció igualmente increíble: la idea de que él -judío piadoso- necesitara experimentar lo que mencionaba Jesús.

 

De agua y del Espíritu.

Jesús ahora explica lo que significa nacer "de nuevo" (ver com. cap. 1: 12-13).  La referencia al "agua" (pp. 64, 92).

Nicodemo anticipaba su entrada en el reino de Dios por ser piadoso, pero Jesús declaró que cualquier cosa que fuera inferior a una transformación completa de la vida mediante el poder del Espíritu Santo, era inadecuada. Ver com. Rom. 6: 3-6.

 

5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

Ser nacido "de agua y del Espíritu" equivale a ser "nacido de nuevo", es decir, "de lo alto" (ver com.  Juan 3: 3).  Los que son nacidos de lo alto tienen a Dios como a su Padre y se le parecen en carácter (ver 1 Juan 3: 1-3; cf. Juan 8: 39, 44)

 

Requisitos divinos : Justicia interior  Mt 5:20, Un espíritu de niño Mt 18:3, Arrepentimiento  Lc 13:2, El nuevo nacimiento Jn 3:5, Adoración espiritual jn 4:24, Alimento espiritual Jn 6:53, fe personal Jn 8:24

 

Visión espiritual: dada en repuesta a la oración  2 R 6:17, las aflicciones preparan Job 42:5, la pureza de corazón esencial  Mt 5:8, El Espíritu Santo es el autor  Jn 16:14,16:15 Usa el telescopio de la Fe He 11:27

 

Nacido de la carne. Es decir, por nacimiento natural (cap. 1: 13). El principio del mundo natural que todo ser viviente se reproduce "según su género" (Gén. 1: 21), también rige en el reino espiritual.  En el NT "carne" y "espíritu" son antagónicos, y representan dos formas de vida opuestas y excluyentes. Cf.  Rom. 6: 12-18.

 

7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

 

Grandes misterios: Jn 3:8, Ro 11:33, 1 Co 15:51, Ef 5:32, 1 Ti 3:16, He 12:11

 

Viento. Gr. pnéuma, "espíritu", "aliento", "viento". Es obvio que aquí se aplica el último significado

11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

Así es todo aquel  A semejanza de viento, el nuevo nacimiento es invisible. En cada caso, el juicio que se haga debe basarse en los efectos que se producen. Si Nicodemo hubiese experimentado el nuevo nacimiento, no sólo lo hubiera comprendido él mismo, sino que hubiera podido hablar con inteligencia acerca de él a otros. Algunos sugieren que el plural que emplea Jesús se refiere a los miembros de la Deidad.

 

Cosas terrenales.

La distinción aquí entre "cosas terrenales" y "las celestiales" no es del todo clara. Quizá por "cosas terrenales" Jesús se refiere a los principios elementales de la salvación, tales como el nuevo nacimiento.  Por contraste, "las celestiales" serían los misterios más profundos de Dios cuya comprensión quizá sólo podría haberse esperado de un maestro .  Nicodemo todavía estaba luchando por comprender los principios elementales.

 

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvado por él.

 

Amó Dios. La palabra castellana "amor" es muy inadecuada para expresar la profundidad del solícito interés que expresan las palabras griegas agáp, "amor" y agapáÇ, "amar" (ver com.  Mat. 5: 43).  El amor es el atributo resaltante del Creador respecto a sus criaturas.  Es la fuerza predominante en el gobierno divino.  "Dios es amor" (1 Juan 4: 8)

 

"De tal manera amó Dios", y en 1 Juan 3: 1 exclama otra vez: "Mirad, cuál amor nos ha dado el Padre". Le faltaban palabras para expresar la profundidad de ese amor eterno e inmutable, y Juan sencillamente invita a los hombres para que lo "miren" o "contemplen".  La expresión suprema del amor divino es la dádiva que hizo el Padre al entregar a su propio Hijo (Juan 3: 16), mediante el cual se hace posible que seamos "llamados hijos de Dios" (1 Juan 3: 1).

 

El amor de Dios abarca a toda la humanidad, pero beneficia directamente sólo a los que responden a ese amor (ver com.  Juan 1: 12). El amor requiere reciprocidad para ser plenamente efectivo.

 

El amor es genuino sólo cuando está en acción. El amor de Dios por los pecadores lo indujo a dar todo lo que tenía por la salvación de ellos (ver Rom. 5: 8). La esencia del amor es sacrificar el yo en favor de otros; el egoísmo es la antítesis del amor.

 

Todo aquel. No hay límites para el amor de Dios. No hay nadie a quien él arbitrariamente le rehúse los beneficios de la gracia salvadora. Sólo hay una condición: creer en Cristo y cooperar voluntariamente con él. Ver com. cap. 1: 12.  La bondad de Dios es la que induce a los hombres al arrepentimiento (Rom. 2: 4).  Es la luz del sol de su amor la que enternece los corazones.

 

31 El que de arriba viene, es sobre todos: el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. 32 Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. 33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.

El que . . . viene. Modismo judío específico que significa "el Mesías" (ver Mat. 11: 3; 21: 9; 23: 39; Luc. 7: 19; etc.; com.  Juan 1: 14)

 

34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. 35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. Al recibir a Jesús como al Cristo, un hombre expresa su convicción de que el mensaje de Dios acerca de Jesús "es veraz".

 

Que Dios es veraz. Es decir, que el mensaje de Dios acerca de Jesús como el Cristo es veraz.  La expresión negativa de esta misma verdad se ve en 1 Juan 5: 10. El que cree. Literalmente "el que sigue creyendo".  Estar una vez "amparado por la gracia" no es suficiente; el hombre debe permanecer "en la gracia", si ha de entrar en el reino.  La condición en que un hombre se halla ante el Padre es determinada por la condición en que se encuentra ante el Hijo. Ver com. cap. 1: 12; 3: 15-16.

 

¡Bendiciones Abundnates!

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